Jordi Sànchez da por hecho el referéndum: «Tarde o temprano el PSOE aceptará»

Junts per Catalunya se ofrece como «socio estable» de un eventual Gobierno socialista

Jordi Sànchez, ayer en la rueda de prensa que ofreció desde la cárcel Reuters

Miquel Vera

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El independentismo da por hecho que el PSOE llamará a su puerta cuando llegue la sesión de investidura . En este punto, las cabezas pensantes del «procés» ya han empezado a deslizar las peticiones que plantearán al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, si quiere sus votos para seguir en La Moncloa. Entre dichas exigencias sobresale una, la de siempre: un referéndum de secesión para Cataluña.

«Tarde o temprano el PSOE aceptará». Así de confiado y rotundo se mostró ayer el candidato de Junts per Catalunya, Jordi Sànchez , en una insólita rueda de prensa organizada por la Agencia Efe en Barcelona y en la que Sánchez participó desde la prisión madrileña de Soto del Real. Era la primera vez que el expresidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) comparecía ante la prensa en este formato. Lo hizo por videoconferencia desde una pequeña estancia presidida por una bandera de España y un retrato del Rey Don Felipe. Allí, el candidato respondió a las preguntas de los periodistas durante poco más de una hora. Luego, debió volver con los otros presos al comedor.

A lo largo de su intervención, el candidato neoconvergente procesado por rebelión ante el Supremo celebró que Podemos también prometa en su programa la celebración de un referéndum en Cataluña. En este sentido, Sànchez esbozó una alianza entre el secesionismo y la formación de Pablo Iglesias para lograr que el PSOE organice un referéndum de independencia en la comunidad.

«Las alianzas que el PSOE pueda necesitar requerirán de varios socios y probablemente Podemos será el más importante de estos. Que uno de los futuribles socios de Sánchez lleve en su programa que el referéndum forme parte de la solución a nosotros nos congratula», apuntó el dirigente independentista antes de insistir que esta propuesta no debe quedar «supeditada» a otras cuestiones.

A lo largo de su intervención, Jordi Sànchez hizo malabarismos para que sus exigencias no rompieran con la estrategia de «mano tendida» al PSOE expresada recientemente por su candidatura. Sin embargo, el ahora diputado en el Parlamento catalán fue lanzando dardos para dejar patente que el discurso de los de Carles Puigdemont es sensiblemente más contundente que el expresado por ERC . A pesar de ello, Sánchez evitó en todo momento entrar en el cuerpo a cuerpo con los de Oriol Junqueras, compañero de causa, presidio y juicio. Así las cosas, el que fue uno de los organizadores del referéndum ilegal del 1-O fue compaginando las exigencias a Pedro Sánchez con constantes apelaciones al «diálogo» sin las tan nombradas «líneas rojas».

«Queremos formar parte del diálogo porque somos parte de la solución, pero no iremos con cheques en blanco ni pagaremos por anticipado», resumió el candidato antes de pedir una solución «que pase por las urnas». Paralelamente, el dirigente independentista lanzó un cable al jefe del Ejecutivo socialista dejando claro que estaba en sus planes exigir un referéndum de secesión «con forma y fecha» como tributo previo para recabar los votos de Junts per Catalunya en la sesión de investidura.

El goteo de ofertas y exigencias de Sànchez siguió hasta el punto de ofrecer los diputados que obtengan los neoconvergentes como «socios estables» del un futuro ejecutivo socialista. «Queremos estabilidad, nadie más que nosotros quiere un presidente del Gobierno que tenga un respaldo fuerte y estable », añadió el candidato de Junts per Catalunya en una afirmación que chirría si se recuerda un capítulo reciente de la política catalana como es el «ultimátum» lanzado por el presidente de la Generalitat, Quim Torra, a Pedro Sánchez el pasado mes de octubre.

El espantajo del 155

Sànchez dio por descartado un escenario en el que PP, Ciudadanos y Vox puedan lograr una mayoría suficiente para disputarle el Gobierno al PSOE. Es por ello que centró sus advertencias en los electores nacionalistas que dudan entre votar al PSC o hacerlo por alguna de las formaciones independentistas que concurren al 28-A.

En este sentido, el expresidente de la ANC sacó a pasear el «riesgo» de que Sánchez acabe sumando sus escaños a los de Albert Rivera y que éste exija a cambio la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña. No es una amenaza baladí, ya que el independentismo se ha pasado meses atemorizando a sus bases sobre los efectos «devastadores» que tendría para la ciudadanía una nueva intervención de la Generalitat, consciente de que este espantajo moviliza con eficacia a a parte nada desdeñable de su electorado.

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