Cayucos y pateras reavivan la ruta migratoria canaria
En 2018, el flujo creció un 245% y este año ya se ha alcanzado la cifra más alta desde 2009
Un cayuco con 150 inmigrantes a bordo como en 2006, cuando cientos de ellos trasladaron hasta las Islas Canarias a más de 31.000 personas. La imagen se producía este martes a pocas millas de Tenerife , donde la barcaza –segunda mayor en diez años, tras una de junio de 2018 con 152 pasajeros– fue rescatada por Salvamento Marítimo a la misma vez que eran socorridas dos pateras próximas a Gran Canaria. Una con 158 ocupantes. La otra con 30 vivos y 4 muertos. Y todo tras un fin de semana, el pasado, en que las infraembarcaciones no pararon de llegar al archipiélago.
El delegado del Gobierno, Juan Salvador León , informaba de que en lo que va de año se han contabilizado 1.492 entradas ilegales en 84 pateras , lo que el Ministerio del Interior calcula que es en torno a un 7% más que en 2018. Subrayaba en todo caso que se está a «años luz» de las cifras de los peores tiempos , que este octubre está siendo mejor –a fecha del día 29 se habían computado en las islas 469 inmigrantes, frente a 529 en todo el mes el año anterior–, aunque también reconocía que estamos frente a «un repunte». De hecho, es la primera vez que se está en riesgo de cerrar el ejercicio alcanzando los dos mil inmigrantes irregulares, lo que no ocurría desde 2009. Y cabe recordar que en el resto de costas –exceptuando Ceuta– la inmigración ha caído a la mitad.
En fuentes oficiales de la lucha contra la inmigración irregular se confía en que lo de estos días sea «algo estacional» , si bien no se pierde de vista que responde a los controles reforzados en el Mediterráneo. «Si la inmigración no puede salir por el norte, va a intentarlo por el sur», resumen.
La fachada oeste de Marruecos
En efecto, el desplazamiento de la presión hacia la ruta atlántica ya ha llamado la atención de la Comisión Europea. En un informe interno de julio ya se expresa preocupación ante la «creciente tendencia de los inmigrantes a salir desde las costas occidentales de Marruecos» rumbo a las Canarias. Señalan el gran salto que supuso 2019 –la cantidad de embarcaciones creció un 245% y de inmigrantes en ellas un 207%–, aunque conviene no olvidar que se trata de pequeños números: se pasó de 20 pateras en 2017 a 69 y de 425 inmigrantes a 1.307.
Parte del reavivado tráfico que se está registrando sale, efectivamente, de la fachada oeste de Marruecos , donde se están registrando tragedias con mínima repercusión en nuestro país. Por ejemplo, el naufragio frente a Dahla el 23 de junio de una patera con al menos 25 ocupantes. Veintiuno se dieron por desaparecidos. Pero el gran cayuco localizado esta semana había partido de Gambia, según la Delegación del Gobierno.
Factura, 203 millones
Este país está integrado dentro del proyecto liderado por la Guardia Civil «Blue Sahel» de lucha contra la inmigración irregular y el terrorismo previsto para el periodo 2017-2019, –a su vez heredero de otros programas similares iniciados en 2006– y que también reúne a los cuerpos policiales de Malí, Guinea Conakry, Guinea Bissau, Gambia, Cabo Verde y, mención especial, a los de Mauritania y Senegal , los dos países de los que partieron los cayucos de la crisis de hace trece años.
En Mauritania, el mayor país de tránsito de subsaharianos con destino a Europa según la Organización Internacional de las Migraciones de la ONU (OIM), la Benemérita ya desplegó en 2006 dos patrulleras de Servicio Marítimo en dispositivos permanentes, que además desde 2014 realizan vigilancia conjunta con las fuerzas de seguridad locales. Senegal ha vuelto a cobrar protagonismo como lugar de tránsito desde 2016. Partiendo de su capital, Dakar, el viaje a las Canarias en una infraembarcación es de seis días. La colaboración de estos países cuesta a España 10 y 3 millones anuales respectivamente: 208 en 13 años.
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