Elecciones en Andalucía 2018

Del «kiosco frente al Jamón» al «Andalucía pa cuando» pasando por el BMI en el debate de las elecciones

Todos los candidatos tuvieron sus momentos estrella en el debate ofrecido por Canal Sur

Los líderes de los partidos andaluces en Canal Sur Raúl Doblado

Stella Benot

Enmedio de los mensajes elaborados cuidadosamente por los equipos electorales, los cuatro candidatos tuvieron un pequeño margen para la improvisación o, quién sabe, para hacer un guiño también medido.

Así, Susana Díaz hizo un guiño a su origen de barrio del Tardón refiriéndose al «kiosco de la calle Alvar Núñez, el que está frente al Jamón» , decía la presidenta refiriéndose a la necesidad de la promoción económica de los autónomos.

También tuvo la presidenta una referencia a su juventud recordando una canción de Presuntos Implicados al referirse a las críticas que hacía a su gestión su hasta ahora socio Juan Marín, «¡Cómo hemos cambiado, qué lejos ha quedado nuestra amistad!».

Juanma Moreno empezó su intervención defendiendo el «BMI», una «Bajada Masiva de Impuestos» , una broma que fue respondida por Teresa Rodríguez con un SSMI, «Subida del Salario Mínimo Interprofesional». Otra de las frases más sorprendentes de Juanma Moreno fue la llamada a los andaluces a lograr el cambio, «Si queremos, podemos».

Uno de los momentos más sorprendentes del debate fue cuando Teresa Rodríguez dijo que se presentaba a la Junta «por un acto de amor». Por cierto, que una de sus frases más repetidas fue, «Andalucía, ¿pa cuándo?» , recordando la frase de la popular canción, y en referencia a la inclusión del debate de Cataluña en el bloque dedicado al debate territorial. Con mucha oportunidad, Teresa Rodríguez, se refirió al líder de Ciudadanos como «Albert Primo de Rivera», de la misma forma que introdujo uno de los datos de la declaración de bienes de la presidenta, «de la misma manera que tiene usted 80 euros en su cuenta corriente», le espetó cuando Susana Díaz defendía que no cobraba dietas del Parlamento como el resto de sus adversarios.

Marín, por su parte, fiel a su estilo, fue quien menos margen dejó para la improvisación y mantuvo su tono tranquilo con pocas anécdotas.

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