Elecciones Andalucía 2022

Ciudadanos desaparece en su último bastión e Inés Arrimadas sufre otro batacazo

La pesadilla de Madrid recrudece en Andalucía y presagia una lenta agonía hasta las elecciones generales

Juan Marín dimite tras la debacle de Ciudadanos en las elecciones en Andalucía

Juan Marín, durante la valoración de los resultados obtenidos por Cs en Andalucía Vanessa Gómez
Juan Casillas Bayo

Juan Casillas Bayo

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De veintiún diputados a cero . De gobernar en coalición con el PP a desaparecer del Parlamento autonómico. Ciudadanos (Cs) suma en Andalucía una nueva debacle a su largo historial de catástrofes electorales, que encadena nuevos registros como el Real Madrid acumula copas de Europa. Desde el fatídico 10 de noviembre del 2019, cuando Cs perdió 47 escaños en el Congreso en lo que supuso el final de la carrera política de Albert Rivera, el partido no levanta cabeza.

Cataclismo en Cataluña, naufragio en la Comunidad de Madrid, batacazo en Castilla y León, colapso en Andalucía... La lista de calificativos negativos para definir los últimos resultados de Cs se acaba, con las elecciones municipales, autonómicas y generales demasiado cerca. Y es que los liberales necesitan un tiempo que no tienen. Un tiempo para llegar a entender cómo pasaron del casi todo a la irrelevancia; de rozar el ‘sorpasso’ al PP, esa palabra que carga el diablo, a hundirse en las arenas de la insignificancia; de la histórica victoria de Inés Arrimadas en Cataluña, a suspirar de alivio por asegurarse el grupo parlamentario propio en el Parlament.

De cuatro a cero gobiernos

Cs cerró gobiernos de coalición con el PP en Andalucía, en la Comunidad de Madrid, en la Región de Murcia y en Castilla y León. Ninguno queda ya en pie. El sainete murciano, con el que los liberales intentaron dar un giro de 180 grados tras las catalanas y buscar una alianza estratégica con el PSOE, desembocó en una intriga de traiciones y puñales por la espalda que aceleró la crisis del partido. Arrimadas relegó a sus hombres fuertes de los puestos de responsabilidad en la dirección, cercenada por las críticas internas, pero los nuevos rostros no llegaron con buenos resultados bajo el brazo.

Solo en el País Vasco, el único territorio donde Cs y el PP acudieron a las urnas compartiendo lista electoral, los liberales se llevaron una mínima alegría al entrar por primera vez en el Parlamento vasco. Pero al margen de este paréntesis atípico, todo ha sido una resistencia agónica desde el 10-N. En Andalucía, la candidatura de Juan Marín apenas obtuvo un 3,29 por ciento de los votos con el 99 por ciento escrutado.

Ni la conjura del viernes en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) ni su alerta frente a Vox convencieron a los electores en la recta final de la campaña para decantarse por la papeleta naranja. De nuevo, una acción de gobierno que no consigue rentabilizar Cs. El ‘Gobierno del cambio’, ese que fue posible gracias a la coalición de PP y Cs y la suma externa de Vox, ha catapultado a Juanma Moreno, que se ha ido a la mayoría absoluta .

De poco le ha servido a Marín reivindicar los méritos de Cs en las consejerías que dirigió durante tres años y medio. De nada avisar de que una victoria por mayoría simple del PP podía aupar a Macarena Olona a la Vicepresidencia de la Junta, como sucedió en febrero en Castilla y León. Marín, como advirtió, ahora hará las maletas y dejará la política. Este mismo lunes dimitirá de todos sus cargos en Cs: «Hay que entrar con dignidad y marcharse con dignidad». Pero este resultado no es ni mucho menos ajeno a la clave nacional. Ya en el entorno de Marín lanzaban el mensaje de que el mayor lastre en su campaña era lo dañada que está la marca Ciudadanos. Y el paso por las urnas lo reconfirma.

Entre los planes de Arrimadas, que había vuelto volcada tras su baja de maternidad y que ha multiplicado su presencia en la campaña andaluza, resistir era vital. Incluso en sus cábalas se contaba con la posibilidad de gobernar pese a un resultado pírrico si Cs conseguía tres escaños y los populares rozaban la mayoría absoluta. Al PP le ha bastado con Moreno y el drama en su hasta ahora socio de gobierno ha implosionado desde que los primeros sondeos apuntaban a lo que después ha ratificado el escrutinio. Cero escaños.

Segunda desaparición

Después de desaparecer en la Comunidad de Madrid en mayo del año pasado, Francisco Igea, crítico con la dirección nacional, conservó su acta por Valladolid en los comicios castellano y leoneses, donde Cs protagonizó un ejercicio de cierre de filas y resistencia que le llevó a lograr casi el siete por ciento del voto en la provincia vallisoletana. Un resquicio abierto a la esperanza, que durante meses hizo a los liberales recobrar la fe en la reconstrucción. La ilusión estaba depositada en mejorar los resultados obtenidos en Castilla y León, pero la mera entrada en el Parlamento andaluz se habría traducido como otro balón de oxígeno en una formación necesitada de milagros. Una crónica anunciada, otra más, condena a Ciudadanos al extraparlamentarismo en Andalucía.

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