El espantajo de la derecha ya no es eficaz en Jaén: el PP gana en los grandes municipios de tradición socialista

El señorito de patillas jerezanas ha perdido eficacia como espantajo en una provincia en la que la izquierda utiliza todavía la poesía de Miguel Hernández contra la derecha sin tener en cuenta que los niños yunteros no son ahora carne de yugo, sino de metaverso. Este distanciamiento de la realidad explica en parte el fracaso del discurso del PSOE, que se traduce en la pérdida de la hegemonía revelada por el resultado de las elecciones autonómicas.

La sociología que se afianza sobre la memoria tiende a desvanecerse, no por el efecto de un alzhéimer colectivo sino porque el imaginario siempre se renueva. El jiennense que vota con el estómago asocia ahora el hambre, más que al latifundista, al incremento del precio de la cesta de la compra , de los carburantes y de la energía eléctrica. Por eso, gran parte de los municipios de la provincia vinculados al socialismo han roto con su primer amor político.

El caso más paradigmático es Linares, donde el PP ha conseguido el 46,46 % % de los votos, casi 25 puntos más que el PSOE, formación que tradicionalmente ha ganado las elecciones con facilidad en la segunda ciudad más poblada de la provincia. En la primera, Jaén, el resultado ha sido aún más devastador. La formación socialista ha conseguido apenas el 17,4 % de los votos y los populares han obtenido el respaldo del 41,6 % de los electores.

Linares y Jaén son ejemplos de ciudades que añoran los buenos tiempos no tanto porque eran más jóvenes como porque eran más ricas . El cierre de la factoría de automóviles Santana Motor, que generó hasta 5.000 nóminas, ha lastrado el progreso del municipio linarense, en tanto que la despoblación causada por la falta de oportunidades cercena el porvenir de la capital. Ambas han responsabilizado esta vez al socialismo de su situación.

El resultado demuestra la volatilidad del voto. Y otra cosa: si es prestado para el PP, también lo es para el PSOE. Militantes al margen, ningún partido lo tiene en propiedad , lo que penaliza más a la formación socialista, que hasta estas elecciones convertía los comicios en exhibiciones de fuerza. El retorno es posible, pero el relevo generacional, el desafecto de los jóvenes hacia la vieja política, lo convierte en improbable en las grandes y medianos municipios.

El PSOE resiste en pequeños núcleos de población. En uno de ellos, Bedmar y Garcíez, ha logrado incluso 20 puntos más que el PP . También ha conseguido la victoria en Cabra de Santo Cristo, Santa Elena, Santiago de Calatrava , Beas de Segura, Villanueva de la Reina, Carboneros, Valdepeñas de Jaén, Cambil, Jimena, Huesa, La Iruela, Segura de la Sierra, Villarrodrigo, Génave, Arjona, Torreblascopedro, Cárcheles, Chillluévar, Lupión y Baños de la Encina.

En el resto de municipios, que concentran la mayor parte de los habitantes de Jaén, la victoria ha sido del PP, a excepción de dos localidades, Porcuna y Aldeaquemada, donde la lista más votada ha sido la de Ciudadanos . En ambas el PSOE ha quedado en segundo lugar, lo que revela el trasvase general de votos desde la formación liberal a la conservadora en las poblaciones donde el partido de Inés Arrimadas apenas ha tenido respaldo.