ENTREVISTA A ARTURO HIDALGO

«Hay que seguir creciendo y unificar el cereal provincial, regional y nacional»

La antigua Cereales Sevilla busca ganar dimensión y fortalecer sus lazos internos, y se propone no depender únicamente de los mercados locales

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Durante tres décadas, Cereales Sevilla se ha consolidado como la cooperativa más importante del Sur de España en cuanto a volumen de granos comercializados. Pero para revalidar su liderazgo y fortalecer su posición en los mercados mundiales, la entidad está adoptando medidas en su propuesta de valor, comenzando por un nuevo nombre: Cocereales. «En un mundo cada vez más globalizado, no tiene sentido una denominación provincial que nos limita de forma general», declara el gerente de la cooperativa, Arturo Hidalgo. La sociedad cooperativa se fija un nuevo rumbo en el que fortalecer los lazos internos, ganar dimensión empresarial y retomar la exportación a través de los puertos son las metas marcadas a corto, medio y largo plazo. Y es que, tal y como ya hicieran el sector cooperativo del olivar o el de las frutas y hortalizas, los cereales se suman a un modelo empresarial más profesionalizado de la mano de Cocereales.

—En menos de un año que lleva como gerente ha marcado la nueva etapa de una sociedad con 30 años de historia.

—La cooperativa tiene muchísimas fortalezas gracias a la confianza de sus socios y al buen hacer de los anteriores gerentes. Pero es verdad que los cereales están muy arraigados a la tradición y es un sector en el que los cambios y el relevo cuestan más que en otras cooperativas de sectores como el olivar o las frutas y hortalizas, que son más innovadoras. Pretendemos romper esa dinámica y cuento con el apoyo del consejo rector de Cocereales para dirigir la entidad hacia un modelo empresarial más profesionalizado. Las ideas y las ganas son muchas, pero hemos empezado por aprobar un cambio de denominación social y una nueva imagen corporativa, coincidiendo con el 30 aniversario de la cooperativa. Comercializamos la producción de más de una veintena de cooperativas de base que representan a más de 10.000 agricultores de Sevilla, Huelva y Cádiz, que recuperan una posición más equitativa con el nombre de Cocereales que con el antiguo de Cereales Sevilla.

—¿Cómo van a celebrar estas tres décadas de historia?

—Con un congreso que tendrá lugar este viernes, 28 de abril, en Sevilla, en el que haremos balance de la historia de la entidad. Será nuestra presentación oficial como Cocereales y queremos homenajear a las cooperativas socias que con su dedicación han sido capaces de adaptarse a las demandas de calidad de unos mercados cada vez más exigentes. Analizaremos la situación de la campaña de cereales y de los mercados en general. Estarán presentes grandes representantes del sector y también de la Administración, tanto regional como nacional.

—¿Cuáles son las líneas estratégicas de la cooperativa a futuro?

—Cocereales tiene entre sus objetivos principales ganar dimensión empresarial, y estamos en conversaciones con otras cooperativas tanto provinciales, regionales como nacionales para unificar al máximo el cereal. En este sentido, tenemos conversaciones avanzadas y estamos encontrando sinergias con el Grupo AN de Navarra, el mayor grupo cooperativo cerealista de España, así como con otras cooperativas de primer grado. No descartamos nada y estamos con las puertas abiertas, convencidos de que la unión hace la fuerza. Por ello, también estamos fortaleciendo nuestros lazos internos. Además de comercializar en común vamos a potenciar otras operaciones en conjunto, como la compra de semillas, de abonos, etc., o la contratación de seguros. Y, por último, no queremos depender únicamente de los mercados locales, por lo que vamos a retomar la exportación a través de los puertos tras el parón de los últimos años, donde hemos estado centrados en el mercado nacional.

—¿En qué mercados está pensando la cooperativa para exportar?

—No estamos pensando en ir a buscar el comprador al mercado final. Hay agentes y multinacionales con quienes tenemos una estrecha relación forjada a lo largo de nuestra historia. Contactamos con ellos cuando hemos necesitado sacar mercancías fuera y nos buscan un buen precio y un buen destino. Por tanto, en los canales y en los compradores no está el problema. El problema es la atomización de la oferta, por eso, una cooperativa de segundo grado como nosotros tiene que hacerse fuerte haciendo sinergias con otras cooperativas.

—¿Qué previsiones hay para la próxima campaña de cereales?

—No es la mejor época del año para hacer estimaciones, pues estamos en un momento de incertidumbre por la climatología, debido a las altas temperaturas, el levante y la ausencia de lluvias a corto plazo. Además, los datos fiables de siembras se conocerán en un mes y medio aproximadamente. No obstante, se intuye ya una bajada generalizada en la superficie de todos los cultivos de los cereales, con excepción de la colza, que ha duplicado su superficie pasando de 10.000 a 20.000 hectáreas en el campo andaluz. El trigo (duro y blando) pierde peso y el maíz ha caído un 25%, siendo el cultivo que más está sufriendo la crisis de precios en los mercados. El girasol lleva varias campañas en retroceso, y parte de su superficie se ha destinado este año a colza pero también a cultivos arbóreos como el olivar o el almendro, que no paran de crecer. En Europa también se habla de una bajada en la superficie de cereales de entre el 10 y el 12%, e incluso en Canadá, que aunque todavía no ha comenzado a sembrar, se prevé también un declive en el cultivo.

—Ante la previsión de una cosecha más corta, ¿los precios mejorarán?

—Estamos en un mundo globalizado y las malas perspectivas de momento se ciñen sólo a Europa. En el año que hemos terminado ha habido una cosecha récord, los precios no han acompañado y todavía hay excedentes de granos. No obstante, en Cocereales no tenemos demasiados stocks, pues hemos ido sacando mercancía ya que las cooperativas tienden a limpiar los graneros antes de iniciar una nueva campaña. Tener espacio es fundamental para una buena gestión de las calidades.

—Sevilla es líder en trigo duro. ¿La plaga del mosquito sufrida en la campaña pasada ha influido en la bajada de las siembras?

—La plaga ocasionó un gran problema a muchos agricultores sevillanos pero casi más quebraderos de cabeza ha ocasionado la germinación de los trigos, consecuencia de las abundantes precipitaciones del mes de mayo. Los precios en el mercado se hundieron ya que a los fabricantes de pasta no le valían esos trigos germinados. De hecho, la media de la campaña ha sido 215-220 euros la tonelada de trigo duro, un precio muy justito. No obstante, durante la campaña hubo un repunte en el precio de los trigos germinados, que empezaron cotizando a 160-165 euros la tonelada y llegaron a valer 210 euros la tonelada. Es decir, subió más en proporción que el trigo sin germinar. Por eso, a veces se dan coyunturas puntuales en las que no hay quien entienda los mercados.

—Ahora que se está debatiendo sobre la PAC post 2020, ¿los cereales deberían quedar protegidos con ayudas ante su pérdida de peso?

—El trigo blando o harinero ha perdido casi la mitad de su superficie en sólo tres años, y el trigo duro también está mermando. El maíz y el girasol están en retroceso, por lo que el problema es estructural, no coyuntural. Europa tiene que ser consciente de esto y consecuente al respecto, y debería garantizar la producción de cereales con ayudas acopladas, como las ha habido anteriormente.

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