La fiebre del alquiler da el portazo definitivo a los jóvenes

Los bajos salarios y el rally de precios empujan a España a la cola de la emancipación en Europa

Menos de uno de cada cinco jóvenes españoles se ha emancipado, según datos del Consejo de la Juventud de España, y la edad para hacerlo es a los 29,3 años, tres por encima de la media europea, tal como recoge Eurostat. Si observamos la fuerte subida de los precios del alquiler y de la vivienda en propiedad en ciudades como Madrid es comprensible entender que los jóvenes no logren abandonar la casa familiar ya que con su sueldo no logran hacer frente ni a una hipoteca ni a la renta mensual.

«Vemos que los jóvenes no pueden entrar a comprar una vivienda libre y tampoco hay vivienda social», subraya Jaime Fernández, gerente adjunto de Asprima, la asociación de promotores inmobiliarios de Madrid. Recuerda que hace unos años había entre 60.000 y 100.000 viviendas protegidas y que ahora hay unas 4.500. «Esta situación acaba repercutiendo al alquiler porque hay mucha demanda, poca oferta y los precios suben», señala. En estos momentos, «los precios están subiendo donde antes nunca aumentaban y se está llegando a una situación que es imposible», añade.

Por detrás de esta dificultad que tienen los españoles en abandonar el hogar familiar hay otras causas además de las económicas. «Hay que tener muy presente el tema cultural porque la familia es muy importante, los jóvenes se sienten muy arropados», explica Esther González Arnedo, profesora de EAE Business School. «Tenemos además el problema del paro juvenil que deja en evidencia el sistema educativo ineficiente que tenemos: que haya jóvenes cualificados que no encuentran su nicho y otros sin cualificaciones a quienes no se ha sabido orientar», se lamenta la docente. Sin olvidar que los salarios han bajado en Europa, «que la situación económica se encoge y que tenemos una nueva burbuja inmobiliaria», añade.

Los expertos plantean colocar más vivienda protegida para comprar y alquilar

Beatriz y Fernando, ambos de 30 años, viven en Chamberí, en un apartamento de 30 metros cuadrados y pagan 800 euros: «No está mal para lo que se ve ahora», cuenta ella. Este año quieren casarse y les gustaría formar familia, «pero para eso necesitamos una casa más grande y por la zona no encontramos nada decente por menos de 1.400 euros. ¿Cómo lo pagamos si cada uno gana algo más que mil euros por mes?», se pregunta. Su hermana Alicia, con 28 años, sigue en casa de sus padres: «A su edad está haciendo prácticas y lo que gana no le da para pagarse ni una habitación».

«Hay un desequilibrio muy grande en el mercado, los alquileres están muy difíciles en parte porque está poco regulado», afirma la profesora González Arnedo. De hecho, se da el caso de encontrar casas vacías «que sus propietarios no se atreven a alquilar porque han tenido malas experiencias» y por otro lado la mayoría de los jóvenes no logra reunir las condiciones que les piden de avales para alquilar un apartamento «a no ser que recurran a sus familiares».

La solución, para los especialistas, pasa por colocar más vivienda protegida, «tanto para compra como para alquiler. Las administraciones tienen mucho suelo y hay múltiples formas de hacerlo», afirma el gerente adjunto de Asprima. El panorama que se avecina no es muy esperanzador porque si ya hay muchas voces que alertan de una nueva recesión «no hay propuestas ni plan de vivienda y son necesarias medidas gubernamentales para dar la vuelta a la situación», puntualiza la profesora de EAE. Por este camino todo indica que la edad media de emancipación de nuestros jóvenes seguirá aumentando.

Una carga cada vez más pesada

Los datos oficiales del Banco de España indican que en nuestro país una familia necesita 7,3 años de su renta bruta para pagar completamente una vivienda. Esta tasa de esfuerzo se calcula con el precio del inmueble dividido entre renta bruta del hogar. Hace tan solo un año, este indicador no llegaba a los siete años y hay que remontarse a 2011 para encontrar un periodo tan amplio. Este esfuerzo sigue siendo inferior al máximo registrado en la serie histórica, nueve años de media en junio de 2007, pero está muy lejos de los niveles considerados por los expertos como saludables, y que se sitúan en el entorno de cuatro a cinco años de renta bruta media de los hogares españoles. La subida de este indicador se produce por el desajuste que existe entre la subida del precio de las casas y el ligero aumento de los salarios que en algunos casos es inexistente.

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