La tormenta perfecta de marzo empuja el IPC hasta el 9,8% y ensombrece las perspectivas económicas

La escalada del precio del carburante por las tensiones en los mercados energéticos derivadas de la guerra en Ucrania y los efectos del paro en el transporte llevan el indicador doméstico de inflación a su mayor nivel desde 1985

Un conductor reposta gasolina en una estación de servicio de Zaragoza EFE

Bruno Pérez

Precios del carburante disparados y escasez de determinadas materias primas por las tensiones en los mercados de petróleo y de bienes generadas por la invasión rusa de Ucrania, repunte de los precios de la electricidad por el encarecimiento del gas por esa misma razón y tensiones puntuales de abastecimiento en el mercado interior por el paro de los transportistas han perfilado un mes de marzo catastrófico para el Índice de Precios al Consumo (IPC), que experimentó una subida histórica hasta el 9,8% , un nivel que no se veía desde el año 1985 -como ya había anticipado el INE a finales de marzo- y que va a tener consecuencias demoledoras para la actividad económica en España como ya han empezado a augurar la práctica totalidad de los institutos de análisis.

Sólo en el mes de marzo la cesta de precios de referencia en España se encareció un 3% , según los datos definitivos difundidos este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística. La electricidad se encareció un 28,5%, los combustibles líquidos, un 29,6%; y los carburantes, un 14,9%, solo en marzo. También experimentaron subidas por encima de la media las tarifas de los servicios de alojamiento, un 5,5%; los aceites, un 4,4%; y las prendas de vestir, un 4,1%.

En solo tres meses los precios en España se han encarecido ya un 3,5%, pese a venir de un escenario tensionado, en que los precios subieron de media un 3,1% y en el que se acabó el año con la inflación cerca del 7%. El Índice de Precios al Consumo a Impuestos Constantes, un indicador que revela dónde estaría la inflación si no se hubieran adoptado medidas para contener su escalada, en este caso las rebajas fiscales que a regañadientes el Gobierno aprobó para bajar el recibo de la luz, señala que en ausencia de esas medidas de política económica la inflación en España estaría ya en el 10,7%.

Foco de preocupación para la economía

Lo más problemático no es que este escenario haya disparado la inflación hasta niveles no vistos en dos generaciones sino que el repunte está alimentando las corrientes de fondo de la inflación , las que más preocupan a analistas, autoridades y bancos centrales. El IPC subyacente, que revela la evolución del núcleo más estable de la cesta de precios en un país, escaló en marzo hasta el 3,4% , un nivel ya respetable que se sitúa holgadamente por encima del 2% que constituye la referencia de la estabilidad de precios y que a buen seguro va a presionar la negociación salarial en los convenios colectivos.

De momento, la inestabilidad de los precios y la incertidumbre respecto a cómo se pueden comportar en los próximos meses ha impedido que empresarios y sindicatos hayan alcanzado un acuerdo para recomendar una horquilla de subidas salariales en los convenios colectivos, por el enconamiento de los sindicatos en exigir cláusulas de revisión salarial que ajusten los sueldos a la inflación real y el rechazo frontal de la CEOE a admitir esto.

Todos los actores asumen que los salarios tendrán que responder tarde o temprano a la inflación para impedir un desplome del poder adquisitivo de las familias que lastre el consumo y hunda el crecimiento económico, pero también temen que una respuesta excesiva de esta variable perpetúe la inflación y sumerja a la economía en una espiral precios-salarios cuya salida ya sí sería difícil de estimar.

Otro foco de preocupación es el ensanchamiento del diferencial de precios con la zona euro , otro de esos indicadores que los analistas observan con especial atención por actuar como alerta temprana de las eventuales pérdidas de competitividad del tejido productivo de un país. La inflación en España lleva evolucionando por encima de la media del euro desde que el pasado mes de abril arrancaran las tensiones en los mercados de la electricidad y en marzo alcanzó una brecha de 2,3 puntos, la más amplia en esta espiral inflacionista.

Un año de inflación

Hace exactamente un año, el INE detectó los primeros indicios de la espiral inflacionista. Tras un puñado de meses con la inflación en niveles cercanos al 0% el IPC de marzo de 2021 saltó de repente del -0,1% en que cerró febrero al 1,2%. En abril pasó ya al 2% y arrancó un trayectoria al alza que un año después todavía no se ha conseguido corregir.

La fotografía de los precios de la cesta de la compra ha variado de forma extraordinaria desde entonces. Dos terceras partes de las 57 rúbricas a partir de las cuales se conforma el IPC han experimentado subidas superiores al 2% y éstas han sido particularmente importantes en muchas de ellas. La rúbrica de calefacción alumbrado y distribución de agua, que refleja el encarecimiento de la energía, ha subido un 68,3% en los últimos doce meses, los aceites lo han hecho un 32,1%, los medios de transporte personal un 19,3% y las subidas están próximas al 10% en varias categorías de alimentos frescos .

Calviño: «Inaceptable»

La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos Nadia Calviño ha tachado de «inaceptable» el dato de IPC del 9,8% y añadido que el Gobierno «hace lo posible para que empiece a bajar» . En este sentido, la número dos del Gobierno ha apuntado que «a nadie se le escapa» que detrás del repunte de la inflación está la energía tanto la electricidad como los combustibles. Como ejemplo de lo anterior, ha recordado la puesta en marcha de «un descuento importante en las gasolinas, los gasóleos y el diésel» .

Calviño ha añadido que «ahora es importante que también las empresas petroleras y gasolineras contribuyan a que baje el precio de la energía» y explicado que «en los mercados internacionales ya está bajando el precio del petróleo desde hace unas semanas, y esto tien que notarse en los precios minoristas y llegar al bolsillo de los ciudadanos».

En cualquier caso, la vicepresidenta primera ha instado a «alcanzar cuanto antes el pico de inflación , y cuanto antes empezar la senda descendente que todos los organismos ven» y reiterado que el Gobierno está «tomando todas las medidas posibles a nivel nacional e internacional para que cuanto antes empecemos esa bajada».

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