Los seis productos tóxicos bancarios que no te deben colocar

Nueve de cada diez demandas por preferentes o cláusulas suelo se resuelven de forma positiva para el afectado, según V Abogados

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El bufete V Abogados, especializado en demandas colectivas, y la editorial Thomson Reuters Aranzadi acaban de editar la primera Guía de Productos Tóxicos Bancarios. Se trata de una herramienta útil para el consumidor, ya que, con un lenguaje comprensible, describe los productos tóxicos que su banco puede ofrecerle (o le ofreció) sin informarle de los riesgos reales de perder sus ahorros o acabar pagando elevadas cuotas adicionales.

Según datos de V Abogados, nueve de cada diez demandas por preferentes o cláusulas suelo se resuelven de forma positiva para el afectado.

Además, la guía incluye un segundo nivel, más técnico y dirigido al letrado, con legislación, jurisprudencia, problemas jurídicos más frecuentes, argumentos de la entidad bancaria, etc. En definitiva, orientaciones útiles para elaborar una demanda judicial y reclamar con éxito devoluciones en preferentes, «swaps», obligaciones subordinadas, etc.

Según datos de V Abogados, el 97% de las demandas por productos como preferentes o cláusulas suelo se resuelven de forma positiva para el afectado. En casos como las hipotecas multidivisa, en que el contratante puede ver crecer sus cuotas y, a la vez, el total a deber, un sentencia reciente también ha abierto las puertas a la nulidad total del contrato.

Preferentes: productos financieros ofrecidos por las cajas de ahorros al inicio de la crisis para obtener recursos de forma urgente. Se comercializaron entre los pequeños ahorradores, convenciéndoles para que invirtieran su dinero en un producto nuevo, muy rentable y completamente seguro. Miles de afectados perdieron los ahorros de toda la vida y hoy tratan de recuperar su dinero a través de demandas judiciales.

Hipotecas multidivisa: las entidades financieras ofrecieron este tipo de hipotecas con la promesa de que permitían ahorrar en las cuotas mensuales gracias a la aplicación del Libor (medida del coste de los préstamos entre bancos) y a la debilidad de ciertas divisas frente al euro. Pero no informaron de las consecuencias de su revalorización. Quienes contrataron hipotecas multidivisa deben al banco más dinero que cuando firmaron el préstamo.

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