ESPECIAL DEFENSA

Sánchez Revenga: «La defensa tiene que ser una política de Estado como sanidad»

El responsable de Aesmide reclama unos tiempos de contratación más ajustados, una mejora en los pliegos y que el dinero presupuestado llegue realmente a ejecutarse

Gerardo Sánchez Revenga, presidente de Aesmide ERNESTO AGUDO

Daniel Caballero

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La industria de defensa no solo vive de cazas, fragatas, blindados y satélites. Más allá de nuevas construcciones de las grandes empresas, quienes completan la cadena de suministro de las Fuerzas Armadas suelen ser las pymes. Concretamente, las compañías integradas en la Asociación de Empresas Contratistas con las Administraciones Públicas (Aesmide) -coorganizador de Feindef junto a Tedae-.

Estas empresas son las encargadas de proveer los equipamientos, vestimenta, alimentación, alojamientos y un largo etcétera de bienes y servicios sin los cuales no sería posible hablar de defensa. Son el día a día de la industria para (y no de) la defensa, como lo define el presidente de esta organización, Gerardo Sánchez Revenga.

¿Qué espera su asociación de una feria como Feindef (29-31 de mayo en Ifema)?

Nuestras empresas suministran al mejor sistema de armas de las Fuerzas Armadas: el soldado. Suministramos todo lo que es calidad de vida, como vestuario, alimentación, tiendas de campaña, infraestructuras... Esto es lo que nuestra asociación va a exponer en la feria. De hecho, tenemos un equipamiento de vestuario que es pionero en el mundo.

¿Cómo valora el apoyo recibido del Ministerio de Defensa?

Esta feria no se podría hacer sin el apoyo del Ministerio de Defensa. La industria de defensa tiene que ser una política de Estado igual que ocurre con sanidad y educación. Tenemos el problema del periodo electoral, que ha complicado las cosas, pero todo está funcionando bien en la organización. Ya estamos pensando en la edición de 2021.

¿Feindef supone un escaparate ante Europa?

Es un escaparate de la industria nacional, pero también internacional. Vienen empresas de otros países. Es positivo que haya habido continuidad entre el Ministerio anterior y el actual; queremos hacer que esta sea una feria española reconocida en todo el mundo. El primer paso ya lo hemos dado en la organización.

La de defensa, ¿la considera una industria moderna?

Totalmente. Lo que queremos, de hecho, es exponer en Feindef la tecnología que ha desarrollado nuestra industria. El 80% son pymes y el 60% pequeñas empresas. Ese tamaño les confiere ventajas para investigar e invertir. Algunas son «partners» de las grandes compañías, que no se dedican a I+D+i y se lo encargan a las pequeñas. Por ejemplo, tenemos el chaleco antibalas para mujeres y competimos con los americanos e israelíes. Otro ejemplo: Iturri suministra el calzado al ejército británico. La industria española es muy apreciada.

¿El objetivo es imitar a las industrias punteras de otros países?

No se trata de imitar lo que tienen en otros países como Estados Unidos o Israel. Lo que queremos es una industria propia, con capacidad para todo. Por ejemplo, en la alimentación, nuestras raciones en las operaciones de paz son las mejores hasta el punto de que los americanos cambian tres de las suyas por una española.

¿Cree que el trabajo de sus empresas está invisibilizado? Es decir, que lo único visible son los «aparatos» y artilugios de las grandes compañías.

No. Nosotros tenemos asumido el papel que realizamos y lo importante es ser el mejor en lo que haces. Nuestra facturación es de unos 400 millones de euros anuales, exportamos productos por más de 100 millones, damos trabajo a más de 10.000 personas... Además, contamos con una ventaja: sabemos vivir bajo la fórmula de los consorcios, y Europa es lo que está pidiendo.

¿Hay que avanzar hacia una Europa de consorcios?

Sí, claramente. Hasta ahora la defensa era una industria nacional, pero se ha abierto por la operativa y la ineficiencia del gasto individualizado. Lo que se quiere hacer es crear una base tecnológica de defensa y seguridad. Incluso, desde la Comisión Europea se premia a aquellas pequeñas empresas que participen en consorcios con compañías de otros países, con un mínimo de tres empresas.

Ahora se ha reanudado el ciclo inversor con casi 13.000 millones. ¿Qué le piden a las instituciones? ¿Qué necesidades tiene Aesmide?

Nosotros suministramos a la administración las últimas capacidades de las empresas a través de la asociación. Pedimos a la administración que dé a conocer sus proyectos, que haya unos pliegos adecuados y que permita la concurrencia de todas las empresas. Y pedimos, no solo al Ministerio de Defensa, que se aprueben unos Presupuestos y que se pueda ejecutar lo presupuestado. Eso es lo importante para las empresas. También solicitamos que se ajusten los tiempos de contratación.

Otra parte importante del evento serán los temas relativos a la mujer dentro de la industria. ¿Cuál es su objetivo?

Queremos animar a que las mujeres estén en el ámbito de la tecnología de la industria de la defensa; el panorama está abierto a que ocupen puestos importantes. En carreras tecnológicas hay menos mujeres y queremos destacar su papel.

¿Hasta dónde esperan llegar en su apoyo a la mujer?

Buscamos decirle a las mujeres que hay un hueco importante en el que es posible desarrollar carreras tecnológicas; es muy importante que estén en esta industria. Además, queremos agradecer el esfuerzo que han realizado todos estas décadas. Queremos darles la palabra para que expliquen y cuenten sus experiencias y animen a las mujeres a participar en el mundo de la defensa. Su presencia está normalizada, pero queremos que lo sepa toda la sociedad.

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