El presidente de Lufthansa vuela en Air Berlin

Miércoles por la noche, último vuelo de Berlín Münich de la compañía Air Berlin. En la fila número 20 va sentado un pasajero muy especial, el presidente ejecutivo de la principal aerolínea competidora, Carsten Spohr, obligado a tomar un avión de la rival alemana por la huelga del personal de cabina de Lufthansa. Spohr, con tanta elegancia como resignación, saludó personalmente y agradeció a los pilotos de la competencia por haberle hecho un hueco a última hora en el vuelo.

Había viajado al mediodía desde Fráncfort, donde Lufthansa tiene su sede, y había quedado atrapado por la huelga. No han tenido la misma suerte los cerca de 443.000 pasajeros afectados por la cancelación de 3.700 vuelos durante toda la semana.

Hoy, última jornada de huelga, la cúpula empresarial y el sindicato del ramo siguen sin acercar posiciones sobre el sistema de jubilaciones de 19.000 azafatas y sobrecargos. Los paros han costado una medio de 10 millones de euros diarios, según la compañía.

El presidente del sindicato alemán de personal de cabina Ufo, Nicoley Baublies, aseguró anoche no veía motivo para suspender la huelga en vista de la postura intransigente de Lufthansa. El gremio dará a conocer los futuros pasos hoy viernes en una asamblea delante de la central de Lufthansa en Fráncfort. "Si persiste esta falta de comunicación no podemos descartar nada", fue su advertencia.

Lufthansa cancelará hoy otros 941 vuelos y dejará en tierra a 111.000 pasajeros más. No ha conseguido frenar los paros en los tribunales laborales en Düsseldorf y Darmstadt, que emitieron sentencias distintas sobre las medidas cautelares interpuestas por la aerolínea, y Carsten Spohr insiste en que no puede poner en riesgo la viabilidad de la empresa en vista de la creciente competencia de las líneas aéreas de bajo coste.

La última oferta de la empresa al sindicato de personal de cabina ha sido un pago único para este año y adelantar la edad para la jubilación anticipada. El miembro de la junta directiva Karl Ulrich Garnadt advirtió al mismo tiempo que debido al aumento de costes en mercados con mucha competencia deberían ser revisados algunos trayectos, lo que el sindicato interpretó como una amenaza de supresión de puestos de trabajo. «Si es necesario habrá más huelgas», aseguró Baublies, dando a entender que en este conflicto laboral no se ha dicho todavía la última palabra