Oficina del Banco Internacional de Funchal (Banif)
Oficina del Banco Internacional de Funchal (Banif) - AFP

Portugal ofrece a Banco Popular y Santander la gestión de Banif

El supervisor portugués decidirá mañana si puede cumplir las condiciones que cada uno de los posibles ofertantes le ha puesto sobre la mesa para gestionar el banco público

Corresponsal en Lisboa Actualizado: Guardar
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El proceso de venta del Banco Internacional de Funchal (Banif) entra en su resolución de forma urgente y en medio de una situación desesperada, que ha llevado al flamante primer ministro portugués, el socialista António Costa, a garantizar públicamente la integridad de sus depósitos.

Cinco son las entidades que optan a quedarse con el Banco Internacional de Funchal (la capital de Madeira): Santander, Popular, el gigante chino de seguros Fosun y dos que han decidido no revelar su identidad. Eso sí, las condiciones las pondrá el pretendiente que obtenga la concesión.

Mientras el asunto se aclara, la Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios del país vecino anunció que se suspende la cotización de Banif, controlado en un 60% por el Estado luso desde hace poco más de dos años. El supervisor portugués decidirá mañana si puede cumplir las condiciones que cada uno de los posibles ofertantes le ha puesto sobre la mesa para gestionar el banco público.

Su campo de acción se ha especializado en clientes de Madeira y de las Azores, además de los portugueses que viven y trabajan en el extranjero (se calcula que hay 2,3 millones de ciudadanos en estas circunstancias). Ahí ha logrado hacerse con una cuota de mercado.

El primer día de 2016 entrará en vigor una nueva normativa de ámbito europeo para regular la liquidación y reestructuración bancaria. Así, los accionistas, ahorradores y acreedores deberán acreditar su solvencia si sus depósitos superan los 100.000 euros de importe.

Con todo, el «caso Banif» no es el más grave del sector bancario al otro lado de la frontera, pues todavía está pendiente la venta de Novo Banco, heredero de los activos «buenos» del Espirito Santo antes de su colapso.

El Banco de Portugal ya avanzó que estudiaba intervenir la entidad de Funchal si no se hallaba un comprador en estos días previos a las fiestas navideñas. Las consecuencias fueron dos: las acciones comenzaron a caer y ahora los socialistas (sustentados por la izquierda radical) no descartan recortar poderes al BdP.

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