Portugal baja el IVA de la luz del 23% al 6%, mientras en España se estanca en el 21%
El país vecino se beneficia también de una reducción de ese impuesto indirecto aplicado al gas natural
Sorpresa: baja el IVA de la luz y del gas natural en Portugal del 23% al 6%, mientras en España están congelados ambos impuestos indirectos en el 21%. La pregunta, por tanto, resulta evidente : ¿Por qué? Sobre todo, si tenemos en cuenta que ambos países comparten el mismo mercado mayorista.
Las razones tienen que ver con el gran incremento del autoconsumo fotovoltaico al otro lado de la frontera y con la significativa reducción del déficit público en los últimos años, del orden de los tres puntos. Unas circunstancias favorables que van a repercutir en los usuarios que tienen contratada la potencia más baja.
Las cuentas cuadradas por el ministro de Finanzas, Mário Centeno, también presidente del Eurogrupo, han permitido que incluso asome el panorama del superávit primario, lo que impulsó la intervención positiva del Comité del IVA.
“Siguiendo la secuencia de la consulta efectuada por el Estado portugués al Comité del IVA para la alteración de la tasa de IVA aplicable a los suministros de electricidad y gas natural, que deriva de la autorización legislativa concedida en la Ley de Presupuestos del Estado para 2019, el Gobierno aprobó en Consejo de Ministros la aplicación de la tasa reducida del IVA en la componente fija de determinados suministros de electricidad y gas natural”, subraya el Ministerio de Finanzas en una nota oficial.
Además, la Administración lusa decidió inyectar 190 millones de euros en el déficit tarifario. Como consecuencia, son más de tres millones de contratos los beneficiados , casi la mitad de los existentes en el país vecino.
La medida recién aprobada requería el visto bueno de Bruselas, y ya se ha producido. Eso sí, todo queda limitado a suministros de electricidad con una potencia marcada en el contrato de hasta 3,45 kilovatios.
En el caso del consumo de gas natural el tope se fija en 10.000 metros cúbicos. Estas cifras se trasladan a un 45% de los contratos , en el primer caso, mientras que el total asciende al 92% en los segundos supuestos.
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