Megaoperación: Hurbert Sagniéres, consejero delegado de Essilor, y Leonardo del Vecchio, fundador de Luxottica, cerraron la pasada semana la unión de ambas empresas
Megaoperación: Hurbert Sagniéres, consejero delegado de Essilor, y Leonardo del Vecchio, fundador de Luxottica, cerraron la pasada semana la unión de ambas empresas - AFP

Ópticas, un negocio con doble visión

Los grandes procesos de concentración se combinan con la irrupción de ágiles actores digitales

MADRID Actualizado: Guardar
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No es habitual que salte a la vista desde grandes titulares, pero el sector de la óptica y el cuidado de la visión ha acaparado estos días todas las miradas con la operación empresarial más importante de lo que llevamos de año y una de las mayores fusiones de la historia en Europa. El martes, el grupo italiano Luxotica, líder del sector y propietario, entre muchas otras, de marcas como Oakley, Vogue o Ray-Ban, acordaba su unión con el fabricante de lentes francés Essilor. La unión creará un grupo valorado en 47.000 millones. Los procesos de concentración han sido un fenómeno recurrente en los últimos años en una industria en la que, sin embargo, emerge con pujanza una visión paralela del negocio, la de las pequeñas compañías de base digital que divisan su oportunidad al rebufo de la fiebre «low cost» y aupadas por ese gigantesco boca a boca que son las redes sociales.

El modelo «saber venderse para vender más», acuñado por propuestas como Hawkers.

«Efectivamente, hay varias compañías muy fuertes que afianzan su posición de liderazgo cada año, bien con fusiones, bien extendiéndose de forma vertical (controlando tanto la fabricación como la venta, con cadenas propias), pero como le ocurre a toda gran empresa, sufren de falta de flexibilidad ante los cambios. Esto es aprovechado por las pequeñas firmas emergentes, que son capaces de posicionarse en poco tiempo gracias a las facilidades que ofrece internet. Dado que este canal cada vez tiene más peso en el sector, especialmente cuando nos referimos a gafas de sol, estoy convencido de que cada vez veremos más “new players” entrando en el negocio, aunque es muy posible que algunos de ellos no cosechen los resultados esperados y resulten efímeros», explica Gabriel Gómez, senior business Manager del Sector de Óptica de la compañía de investigación de mercados Gfk.

Panorama tras la crisis

El fenómeno es global, y se replica en España, donde la crisis no miró precisamente de reojo al sector. En 2007, la actividad óptica sumaba una facturación de 1.734 millones. En 2013, no alcanzaba los 1.500 millones. A partir de entonces, se produjo un crecimiento suave y continuado, del 1,4% en 2104 y del 4,70% en 2015. La crisis parece superada, pero Gómez advierte de un «inesperado bache» en el segundo semestre del año pasado, aunque pronostica «nuevos crecimientos del sector si, como se prevé, la economía sigue mejorando a buen ritmo». Durante la crisis, la industria óptica se embarcó en una guerra de precios que aún tiene una caducidad incierta. «Algunos importantes actores en este mercado continúan basando su estrategia en el precio, a pesar de la recuperación económica global, y hay compañías que les siguen para no quedarse fuera. No obstante, vemos que los segmentos que más crecen son los de productos de alto valor añadido, con lo cual se produce una polarización en el mercado: por un lado, productos económicos, que son los que hacen el grueso del volumen, y por otro lado, productos de alta gama, que aprovechan las novedades tecnológicas y las modas y generan valor y crecimiento», explica el experto de Gfk.

El grupo resultante de la unión de la francesa Essilor y la italiana Luxottica está valorado en 47.000 millones de euros

En este mercado dual, las ágiles startup visualizan ventanas de oportunidad. «Las grandes compañías agrupan muchas marcas y cada una comunica a su modo, pero no tienen la capacidad de llegar tan directamente al cliente como hacemos nosotros», defiende Sergio Navarro, fundador de Miller & Marc, una firma que ha irrumpido en el mercado de las gafas graduadas con una propuesta novedosa: sus modelos, diseñados en Madrid y fabricados por artesanos italianos, tienen un precio base de 89 euros. Sus clientes pueden elegir cinco gafas y probarlas gratuitamente en casa para elegir la que más le gusta.

Seguridad

Navarro defiende que una nueva marca de venta online «pueda generar confianza entre sus seguidores, incluso en un producto de salud». «Al final, el viaje de unos cristales y de unas gafas desde que se producen hasta que llegan al cliente, ya sea en su casa o en una tienda, es igual. Lo importante es que haya una receta de un oftalmólogo, que en el proceso intervenga un profesional. Nosotros trabajamos con un laborario homologado y totalmente al día en los requerimientos legales y sanitarios, al igual que hacen muchísimas ópticas».

Aunque considera que «un mayor precio en equipamiento óptico conlleva asociada una vista de más calidad», Gómez coincide que «sin duda, se está cumpliendo la ley» y advierte que «el único problema podría venir de la venta incontrolada de productos de dudosa procedencia a través de internet, como pueden ser lentillas de colores, muy solicitadas antes de carnaval o Halloween».

En este contexto, el experto de Gfk cree que las grandes compañías y el sector clásico de la óptica comienzan a identificar la realidad digital como una ocasión. «Lo que inicialmente se apreciaba como riesgo o intromisión, cada vez más se va percibiendo como oportunidad. La prueba es que hasta hace muy poco, toda la venta online provenía de compañías extranjeras, mientras que ahora hay muchos ópticos que tienen en su web un apartado para la venta on-line». «Ya no se le tiene tanto miedo a internet», concluye. Dos visiones de un mismo negocio destinadas a confluir.

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