Moscovici acusa al Gobierno de usarle como «chivo expiatorio» por dudar del déficit

El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la Unión Europea (UE), Pierre Moscovici, ha acusado este jueves al Gobierno español de utilizarle como «chivo expiatorio» durante octubre de 2015, cuando la Comisión Europea expresó sus dudas sobre el cumplimiento del objetivo de déficit del 4,2% reflejado en los Presupuestos Generales del Estado correspondientes a 2016.

En una entrevista publicada por «Vanity Fair», el socialista francés ha añadido que «fui utilizado como chivo expiatorio y eso no me gustó. Además, los hechos me han dado la razón y más aún: en el otoño el Gobierno decía que el déficit en 2015 sería de 4,2%, la Comisión Europea (CE) preveía 4,5%».

El comisario se ha referido a las declaraciones del portavoz del Partido Popular en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando, quien señaló el pasado 6 de octubre que las advertencias de la CE sobre el riesgo de incumplimiento del déficit se debían a una «valoración política sesgada».

Aún así, Moscovici ha definido su relación con el Ejecutivo español como «muy buena» y ha eludido dar detalles sobre los contactos que mantiene con las autoridades españolas. «Ahora sé que cuando te metes en las aguas de la política española te puedes quedar helado», ha sentenciado.

Por otra parte, el dirigente comunitario ha defendido que España «todavía» es un país con un buen comportamiento económico pero que necesita «estabilidad y liderazgo» para continuar con las reformas. «Los problemas fiscales no serán sencillos de tratar para ningún Gobierno», ha sostenido.

En este sentido, ha considerado que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, es «muy articulado» y podría ser un presidente «solvente», ya que es sólido y está capacitado para hacer el trabajo.

Papeles de Panamá

Respecto a la filtración de los «papeles de Panamá», el comisario ha indicado que lo «más urgente» para la CE es elaborar una única lista negra de paraísos fiscales y pensar «incluso» en un sistema de sanciones. «Me encontraba en París cuando escuché las primeras noticias. Me indignaron y me enfurecieron. No sabemos qué parte de esa actividad es ilegal, pero ciertamente gran parte es inmoral y éticamente inaceptable», ha comentado al respecto.