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Entradas de divisas en las cuentas de Mario Conde - ABC

Conde, a prisión por idear una trama societaria para ocultar su fortuna

El juez detalla las 44 operaciones con las que repatrió 13 millones a través de siete empresas en dos continentes.

Madrid Actualizado: Guardar
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Mario Conde volvió ayer a prisión ocho años después. El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz le encarceló sin condiciones por urdir una compleja trama de sociedades para evitar abonar el dinero que debía devolver del caso Banesto, un escándalo que ya le llevó a la cárcel hasta en tres ocasiones (1994, 1998 y 2002). Le imputa los delitos de blanqueo, organización criminal, ocho delitos contra la Hacienda Pública y la antigua insolvencia punible. Pedraz quiere evitar que Conde entorpezca la investigación, fugándose o destruyendo pruebas del caso, sobre todo cuando queda mucho material incautado por analizar.

El antiguo presidente de Banesto consiguió «ocultar su fortuna real» mediante maniobras societarias que puso en marcha, junto a su familia y círculo más íntimo, desde el año 1999.

El juez -que relata tres actuaciones con las que el exbanquero ocultó su patrimonio- apunta que Conde y su entorno blanquearon supuestamente (según los indicios acumulados) 13,06 millones de euros desde 1999. Las cuentas cuadran: el exbanquero fue condenado a pagar 26,05 millones de responsabilidad civil por sus dos condenas ligadas a su gestión de Banesto; devolvió en su día 11,95 millones de euros y faltaban unos 14,1 millones.

Con la trama de sociedades, localizadas en Suiza, Reino Unido, Países Bajos, Luxemburgo y Emiratos Árabes Unidos, Conde consiguió evitar dichos pagos. En 2002, puso las fincas de la familia conocidas como «Can Poleta» -un chalé y una parcela de alto lujo ubicadas en Mallorca- a nombre de la sociedad Beteiligug, con sede en Luxemburgo, «tras la cual según todos los indicios se oculta» él. Esta firma de Luxemburgo abrió una cuenta bancaria en La Caixa en abril de 2003 desde la que pagaba todos los «gastos domésticos».

En 2008, Conde -que presidió Banesto desde 1987 a 1993, cuando la entidad fue intervenida por el Banco de España- consiguió hipotecar parte de su finca rústica de «Los Melonares», domiciliada en Sevilla, y que también había sido decomisada por la Justicia para cubrir la responsabilidad civil que debía abonar.

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Además, desde 1999 y hasta actualidad, se benefició «de grandes cantidades de dinero» que llegaron desde sociedades controladas por él, como Galloix Holding, Dryset y Higher, hasta las firmas instrumentales ubicadas en España, las que blanqueaban en última instancia el dinero: Barnacla, Oleificio y Black Royal Oak. El juez detalla en un anexo las 44 operaciones tanto de entradas de dinero en efectivo como mediante transferencias que le han permitido repatriar más de 13 millones. En el auto destacan algunas muy relevantes como una por valor de 360.000 euros en 2013 que se justificó como «compra de acciones de Intereconomía». Estas sociedades lograban «hacer opaco a las autoridades judiciales el patrimonio de Mario Conde», que anoche fue conducido a la cárcel de Soto del Real.

Furgón de la Guardia Civil en el que el expresidente de Banesto Mario Conde ingresa hoy en la prisión de Soto del Real
Furgón de la Guardia Civil en el que el expresidente de Banesto Mario Conde ingresa hoy en la prisión de Soto del Real - EFE

A dicha prisión también fue enviado el abogado Javier De la Vega, una «pieza fundamental» en la trama empresarial ideada por Conde. El magistrado acordó esta medida para evitar el riesgo de que se fugue y destruya pruebas. De la Vega, asesor de los Conde, actuaba como representantes de las empresas extranjeras «que inyectan capitales» a las firmas españolas controladas por la familia del exbanquero. Ejerció como tal en varias actas notariales, «además de en la compra de la mercantil Hogar y Cosmética Española», señala el juez, la única en la que aparece Conde. La s ituación de prisión preventiva de ambos podrá ser revisada cuando los investigadores analicen el material incautado.

Aunque no ingresa en prisión, la hija de Mario Conde -Alejandra Conde Arroyo- ocupa un lugar decisivo en la maraña societaria diseñada por el antiguo presidente de Banesto. El magistrado sitúa a Alejandra en «la coodirección de la trama», ubicándose en el primer escalón de la estructura de la organización, solo por debajo de su padre. Juntos coordinaban la operativa para repatriar a España el dinero del que se apropió y que nunca apareció de Banesto. Alejandra era «consejera, administradora y apoderada» de algunas de las sociedades investigadas. A ella se le ha intervenido documentación de enorme valor: un gráfico que confirma la estructura societaria y que viene precedida por un escrito de De la Vega en el que desgrana todas las actuaciones profesionales que su despacho ha hecho para ella.

Alejandra no podrá salir de su domicilio salvo bajo autorización judicial. Pedraz le impone el arresto domiciliario al considerar «la situación familiar» de su hijo, que está enfermo.

Su hermano, Mario, ocupaba también el cargo de apoderado y «segundo administrador» de algunas firmas, pero su importancia era menor. «Habría sido utilizado por Conde para instrumentar la trama defraudatoria», asegura el juez, quien le retiró el pasaporte, le prohibió salir de España y le obligó a comparecer cada lunes en el juzgado. Estas medidas cautelares, que también buscan asegurar que los investigados no torpedeen la investigación, recayeron sobre los demás implicados -Francisco de Asís Cuesta, María Cristina Fernández Álvarez y Roland Stanek-.

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