Fusión Caixabank-Bankia, los viejos rockeros nunca mueren

Oficinas de Caixabank en Barcelona REUTERS
María Jesús Pérez

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Luis de Guindos NUNCA, repito, NUNCA, da puntadas sin hilos. E Isidro Fainé NUNCA, repito, NUNCA, da por perdida una batalla. Ya son muchos años y la historia es tozuda y tiende a repetirse. Y es que desde el pasado lunes había un persistente runrún en medios financieros y cuando el rio suena... la noticia días después ha terminado por filtrarse. Desde el entorno del máximo nivel directivo del mayor grupo financiero catalán había prisa por contarlo y qué mejor medio que Ara, un periódico en la órbita de un viejo amigo de la cúpula a pesar de que ya no estar presente. Y de ahí, como la pólvora hacia las redes. Caixabank y Bankia vuelven a coquetear como pasara ya en la anterior crisis, en 2012 . No pudo ser entonces, pero los tiempos, en tan solo ocho años, han cambiado, y los efectos perversos del Covid sobre el sector han hecho el resto. No es la mejor opción de las posibles, pero los protagonistas cuadran.

Lo venía advirtiendo prácticamente desde mayo pasado y desde entonces de forma mucho más firme, y a su manera, más clara. El vicepresidente del BCE el pasado martes se adelantaba a los acontecimientos una vez más, porque solo un día antes algún que otro viejo rockero de la banca, en representación de «su» banco y sustituyendo al presidente del mismo, había charlado con el presidente del Gobierno en el marco de la minicumbre con los responsables de las principales empresas del Ibex 35, y los acontecimientos, fijo, se iban a acelerar. «La recomendación (de consolidación) que se hace a los bancos de la UE es aplicable a España». Aviso a navegantes de De Guindos, con hilo directo sobre los protagonistas. No en vano, fue quien puso al frente de Bankia a José Ignacio Goirigolzarri, en su etapa de vicepresidente económico, una entidad rescatada y nacionalizada, con obligación de enderezar el rumbo.

Y ayer, ¡boom! Las dos entidades confirmaban a la CNMV que están en conversaciones para unir fuerzas y presentar batalla a la pandemia. Ambas presentan potencial suficiente de sinergias en forma de ahorro de costes por la gran duplicidad de redes y mercados, y no pueden dejar pasar la oportunidad, con permiso del tercero en discordia, Banco Sabadell. Así pues, pistoletazo de salida para que Caixabank, el banco controlado en un 40% por Criteria Caixa, y Bankia, participado en un 61% por el Estado a través del FROB, están en vías del proceso para una fusión con el objetivo de crear el mayor banco en España con unos activos de 650.000 millones de euros, mayor que el perímetro global de BBVA y un tercio de los que tiene Santander en todo el mundo. Fuentes del mercado hacen cuentas y coinciden en que teniendo en cuenta las valoraciones actuales a precios de mercado, el accionariado proforma -sin tener en cuenta la venta de acciones de alguno de los grandes socios- dejaría a Criteria Caixa con el 29% del capital y al Estado, el 14,3%.

La operación ya la catalogan por ahí de «maestra», ideada por uno de los financieros más tenaces e intuitivos de la historia de la banca española: contenta al PSOE, al PNV (poniendo a Goirigolzarri al frente de la entidad resultante si fructifica la jugada, al tiempo que aparta a Jordi Gual, con el que tiene «cero» feeling); a Calviño, a Europa... y sobre todo trata de salvar los muebles de Caixabank, que no está bien, y de Bankia, que está estancada; y de paso, deja tiritando al Santander, obligado casi ya a mover ficha, y en una situación muy muy compleja al BBVA. No todo es tener presencia internacional hoy día. De momento. Y luego queda el Sabadell: postre para una fusión que tiene más de salvar los muebles, de defensiva, que de proactiva, algo que lo mismo le obliga a entrar después en una segunda fase en la misma operación o termina por hacer nuevas migas con el banco vasco. Ya saben, más sabe el diablo por viejo que por diablo.

«El Gobierno tiene una prioridad en relación con Bankia: proteger el interés general de los ciudadanos españoles, maximizar el valor de la participación pública y reforzar la estabilidad financiera del país. Estos son los principios que guiarán cualquier decisión en este ámbito», explicó ayer a última hora del dia Moncloa en un comunicado. Pues... un último apunte. Si todo llega a buen puerto no duden que Podemos pedirá consejero en ese 14 por ciento en la resultante. Es su forma de vender al partido que siguen teniendo una banca pública.

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