El BCE inyecta 750.000 millones para apuntalar los planes de los Estados

Sale al rescate de la Eurozona con un programa de compra de activos de deuda del sector público y privado que durará, al menos, hasta final de año

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La presidenta del BCE, Christine Lagarde EFE/ ATLAS

La capacidad de acción y el margen de maniobra del BCE habían sido puestos en duda, después de que su paquete de 120.000 millones hubiese sido recibido con indiferencia, incluso decepción, por parte de los mercados. Los bonos italianos a diez años estaban sufriendo ya su peor momento desde 2011 y la zona euro se encontraba ante una nueva espiral de las primas de riesgo. Este es el contexto en el que se reunía anoche con carácter de urgencia el consejo de gobierno del BCE y en el que Christine Lagarde anunció que «el BCE no tolerará ningún riesgo para la transmisión fluida de su política monetaria en todas las jurisdicciones de la zona del euro» y presentó ante los mercados un bazuca bautizado como «Programa de Compra de Emergencia Pandémica (PEPP)», que tendrá una capacidad de 750.000 millones de euros , un tamaño equivalente al fondo soberano de Noruega, el mayor del mundo.

Se trata de un nuevo programa de compra de activos temporales de valores del sector público y privado que se llevarán a cabo hasta finales de 2020 e incluirán todas las categorías de activos elegibles bajo el programa de compra de activos (APP) existente». Para las compras de valores del sector público, la asignación de referencia en todas las jurisdicciones seguirá siendo la clave de capital de los bancos centrales de cada país miembro de la zona euro. Sin embargo, las compras bajo el nuevo PEPP se realizarán de manera flexible . «Esto permite fluctuaciones en la distribución de los flujos de compra a lo largo del tiempo, entre las clases de activos y entre las jurisdicciones. Se otorgará una exención de los requisitos de elegibilidad para los valores emitidos por el gobierno griego para compras bajo PEPP», informó anoche el BCE, que rebaja de este modo la calidad de algunos activos para poder dar cabida a Grecia.

El BCE no pone fecha de caducidad al programa y asegura que dará por finalizadas las compras de activos netos bajo PEPP «una vez que juzgue que la fase de crisis del coronavirus Covid-19 ha terminado, pero en cualquier caso no antes de fin de año». Y además, en un comunicado que pretende eliminar cualquier duda, el BCE asegura que está «totalmente preparado para aumentar el tamaño de sus programas de compra de activos y ajustar su composición, tanto como sea necesario y durante el tiempo que sea necesario».

Con esta medida, la autoridad monetaria apuntala los planes de choque aprobados por los Gobiernos europeos, incluido el español, que moviliza un arsenal de medidas que tienen como gran mascarón de proa los 100.000 millones de euros en avales públicos con los que se pretenden movilizar otros 83.000 millones de financiación privada. Un bazuca sin precedentes al que se le suman otras balas como eximir de cotizaciones y garantizar la prestación de paro a empresas y trabajadores que se acojan a un ERTE. Empresarios y expertos consultados coinciden en señalar que el plan va en la dirección correcta, aunque echan en falta más medidas sobre todo en el campo de los autónomos -la suspensión general del pago de las cuotas se quedó fuera-.

«Va en la buena dirección, lo que hay que hacer es intentar sostener actividad y demanda. Veremos si se necesitan más medidas , no parece que vaya a ser suficiente al observar lo que han hecho Francia y Alemania», reflexiona el profesor de Economía de la Universidad Abierta de Cataluña, Josep Lladós.

Alemania y Francia

Mientras Alemania desplegó 500.000 millones de euros -un 15,7% del PIB- en avales públicos, Francia sacó otro de 300.000 millones (un 12,4%) frente a los 100.000 millones de Sánchez que suponen un 8% -un 16% si se suman los 100.000 millones restantes de medidas y, sobre todo, apoyo privado-. «La contundencia es similar a la de Francia y Alemania, pero también hay que entender que ellos tienen mayor capacidad fiscal», repasa la economista de Funcas, María Jesús Fernández. «Lo veo correcto y necesario. Supone un esfuerzo considerable, por encima del 15% del PIB de España, equivalentes a unos 4.300 euros por persona», sostienen desde BBVA Research.

Los expertos creen que la respuesta de España va en la línea de Francia y Alemania, aunque sea menor y piden más ayudas para pymes y autónomos

Pero si la amplitud de los avales ha cosechado valoraciones positivas, la gran ausencia en las 46 páginas del decreto apunta a mayores ayudas a empresas y autónomos que continúen su actividad. Frente a la flexibilización de los ERTE, la crítica que hizo ayer el Consejo General de Economistas es que finalmente no se exima de pagar las cuotas a la Seguridad Social a empresas que prosigan su actividad , por lo que habría un trato discriminatorio frente a las empresas que pueden reducir su producción o hacer un parón temporal. Desde la patronal de la hostelería, uno de los sectores más afectados por la caída del turismo, ven «insuficiente» el paquete de medidas.

«Se estaría priorizando o dando mayores ventajas al cese de actividad y la suspensión de los contratos de trabajo frente a aquellas empresas que, por tipología, pueden seguir prestando sus servicios, agravándose la situación económica en nuestro país», opone el Consejo General de Economistas.

Fuentes del Gobierno apuntan que el enfoque del plan es que la recuperación de la economía tenga forma de «V» y no de «U », de forma que la caída sea de un solo mes y se atienda a las empresas con problemas más acuciantes. Si el bajón se amplía, habrá más medidas, además de que el Ejecutivo quiere guardarse margen fiscal en la manga para aprobar estímulos más adelante que garanticen una recuperación rápida.

El Círculo de Empresarios saludó ayer la línea de avales pero reclamaba más apoyo europeo. «Este no es solo un problema de España, sino de toda la UE», incide el presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich.

«Todo esto no será suficiente sin el apoyo del BCE, del MEDE y de las instituciones europeas, para evitar el más mínimo aumento de la prima de riesgo. Hay que actuar rápido también en este frente. Ya hemos visto la prima de riesgo dispararse hasta 160 puntos básicos. Las declaraciones de Merkel del martes dejando entrever la posibilidad de emisión conjunta para financiar todos estos gastos adicionales es prometedora, pero necesitamos que se haga efectivo y que el BCE intervenga ya», decía ayer BBVA Research. Y la inyección llegó anoche. Veremos si es suficiente para calmar a los mercados.

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