El Gobierno teme que Portugal alargue el debate de las sanciones por el déficit

El Gobierno no está satisfecho con la sanción europea por la falta de acciones efectivas para reducir el déficit, pero esperaba al menos liquidar el expediente antes de fin de mes, con una multa simbólica o, mejor aún, con una multa de cero euros, como ha dado a entender la Comisión. Sin embargo, el Gobierno de Portugal parece no tener tanta prisa y prefiere discutir el principio de la infracción, lo que podría atrasar todo el proceso más allá de las vacaciones. En la reunión de los ministros de Economía de este martes se discutirán los pasos a seguir.

El jueves, nada más conocerse la decisión de la Comisión de considerar que España y Portugal no habían hecho lo necesario para contener el déficit público a pesar de las advertencias del Ejecutivo comunitario, el primer ministro de Portugal, el socialista Antonio Costa, dijo en el Parlamento de Lisboa que su país «no merece» ser sancionado yque no cree que sea necesario que se le imponga un nuevo plan de ahorro para corregir el indicador.

Según fuentes gubernamentales españolas, la actitud de nuestro vecino podría llevar a prolongar el debate sobre las sanciones, sabiendo que no todos los países son partidarios de reducirlas a un umbral simbólico.

España tiene más margen

La diferencia entre España y Portugal y que hace que no todo el mundo comprendiese que hayan sido acoplados al mismo expediente es que en el caso portugués solo tenía recomendaciones de déficit hasta 2015 -y las ha incumplido- mientras que en el caso español todavía estamos legalmente bajo una senda que incluye este año 2016. Es decir que Portugal necesita legalmente una nueva ruta para sus finanzas públicas, mientras que España teóricamente aún tiene margen hasta final de este año. Otra cosa es que la Comisión da por hecho que España no estará por debajo del 3% a finales de 2016, pero sobre el papel un Gobierno que no estuviera en funciones estaría legitimado para decir que está dispuesto a hacer este esfuerzo de ajuste, aunque fuera un sacrificio brutal.

En los hechos eso se traduce en que la situación de España es que después de la multa -jurídicamente habrá sanción- la Comisión va a proponer una nueva senda presupuestaria que será más suave que la que está actualmente en vigor, con un año más de plazo para cumplir los objetivos de déficit. El Gobierno ha dicho siempre que está interesado en que la Comisión le de cuanto antes esa nueva ruta porque los plazos de la tramitación presupuestaria están muy ajustados debido a la crisis política. España tiene prisa para saber cual es el objetivo de los presupuestos de 2017. Sin embargo, en el caso de Portugal se puede prever que tendrá que ajustarse a un objetivo más riguroso que el que contaba con llevar a cabo el propio gobierno socialista. «Portugal -ha dicho Costa- no merece que le sean aplicadas sanciones por parte de la UE» ni quiere que se le impongan nuevas obligaciones de ahorro porque a su juicio las finanzas del país marchan por el buen camino y pronosticó que el déficit estará por debajo del 3 % en el 2016, sin necesidad de planes correctivos. En Madrid se teme por ello que la actitud del Gobierno portugués podría complicar el debate en el seno del Ecofin este martes, que debe aprobar la decisión de la Comisión de denunciar a España y Portugal por falta de acción efectiva.

Tiempo para los comisarios

Según fuentes de la propia Comisión, en Bruselas también trabajan con la asunción de que el Consejo de ministros de Economía aprobará el dictamen de la Comisión y le dejará tiempo para que los comisarios decidan en su última reunión de agosto -el día 27- cuál es la sanción que aplican, que se espera que será simbólica en ambos casos. Será la primera vez que se activa este mecanismo del Pacto de Estabilidad para sancionar a los países que no cumplen sus objetivos de reducción de déficit.

Si la Comisión puede cumplir con este calendario, sería muy complicado que los partidarios de una multa más estricta lograsen una mayoría de bloqueo para discutirla, convocando una reunión extraordinaria en el mes de agosto.