Gasolineras colapsadas y mucha afluencia en el primer día de descuentos: «Hemos tenido muchas quejas»

«Se ha ido el sistema, han estado jugando tanto esta noche con él que se ha caído», aseguraba uno de los empleados de una estación de Repsol

Las gasolineras comienzan este viernes los descuentos de 20 céntimos por litro a todos los clientes

Editorial | Picaresca con la gasolina mientras el gas sube el doble

Guillermo Navarro / Vídeo: Los ciudadanos se benefician del descuento de 20 céntimos al repostar - EP

Cris de Quiroga

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El día ha amanecido frío, en el clima y en las gasolineras de Repsol, cuyo sistema de pago se ha congelado. Ante el esqueleto abierto del estadio Santiago Bernabéu, unos conos de tráfico impedían el paso a la estación de la compañía en la avenida de Concha Espina, una de las más concurridas a primera hora de la jornada. « Lo siento, maestro, no sé si voy a poder atenderte », se excusaba uno de los trabajadores a un hombre que quería comprar el pan y el periódico. « Estamos como cerrados … Llevamos una hora así», explicaba a las nueve de la mañana. A esa hora, el sistema informático (al menos) de Repsol se había caído, saturado por los cambios para incluir el descuento de 20 céntimos por litro de carburante decretado este martes por el Gobierno de Pedro Sánchez.

«Se ha ido el sistema, han estado jugando tanto esta noche con él que se ha caído», repetía el empleado de Repsol mientras despachaba a los pocos que entraban. « Hoy están perdiendo dinero entonces », señalaba Manuel, el portero de un local cercano, mientras esperaba a que el ordenador se prestase a cobrarle por el periódico. «Bueno, perdemos, y lo que hemos perdido», se resignaba el empleado. Los empresarios del sector han aguantado varias semanas con los precios del petróleo al alza y, a partir de este viernes, las gasolineras abonarán 5 de los 20 céntimos de descuento —y el Estado, los otros 15 céntimos— estipulados en el real decreto. Para una estación promedio, que vende unos 200.000 euros de carburante al mes, supone adelantar 40.000 euros mensuales.

Los previsibles fallos de los sistemas informáticos han retrasado la puesta en marcha de la medida que entraba en vigor esta medianoche. Después, el balón de oxígeno tanto para transportistas como conductores se ha notado en las estaciones, que han recibido más afluencia de lo normal. «Hasta hace una hora o así no se ha podido hacer el descuento, hemos tenido mucho lío y muchas quejas », reconocía pasadas las 9 de la mañana un empleado de la gasolinera BP enclavada en el cruce entre las calles de Francisco Silvela y Príncipe de Vergara.

Colas para llenar el depósito

Hay trasiego y varias colas tras varias semanas de repostajes a medio gas, en las que la BP de Francisco Silvela facturaba unos 1.000 euros menos por turno, respecto a los 2.000 euros habituales. « Ahora coche que viene, coche que quiere llenar el depósito », asegura un reponedor, que corre de un puesto a otro para introducir las mangueras en los vehículos, «estamos teniendo mucho jaleo». José María, un profesor de 48 años, atiborraba el depósito de su antiguo Ford Focus después de probar suerte en una Repsol cercana, todavía con el sistema informático colapsado. «Sí, he venido hoy para llenarlo, en las últimas semanas echaba lo justo. Si antes me costaba unos 55 euros, ahora es casi el doble», escenifica. Los carteles brillan a su espalda con los precios actuales del carburante, el descuento se hace en caja y aparece al final del tíquet: « Aplicada bonificación del Real Decreto Ley-6/2022 del 29 de marzo ».

Rubén Cañizares, periodista de este diario, se ha recorrido por la mañana las gasolineras de los distritos de Argüelles y Chamberí con el coche en reserva. « Todas las Repsol están cerradas, solo se puede pagar en efectivo y el sistema no aplica el descuento» , informa. En una estación de Repsol de la calle de Cea Bermúdez ha conseguido que la reponedora le vertiese unos euros para poder seguir circulando. «Me han dicho que hasta dentro de dos horas no se solucionará», declara. El pico de demanda ha colapsado sus servidores y bloqueado los pagos, que la compañía preveía recuperar a lo largo de la jornada, una vez se calmase el furor por el carburante más barato.

Otros conductores han tenido más suerte. «He estado esperando desde hace días para llenarlo, tenía un cuarto de depósito», señala Pepe, un hombre de 74 años, que ha buscado un surtidor pequeño de Cepsa en la calle de Corazón de María para evitar colas y esperas. «Aquí no he tenido ningún problema, me he ahorrado 11 euros», y señala las cifras sobre el dispensador, 91 euros que en el tíquet se han reducido a 80 euros. Las esperas se han concentrado sobre todo a primera hora en grandes gasolineras y en las marcas ‘low cost’ , donde en las últimas semanas también se han formado colas para evitar el hachazo al bolsillo.

Una hilera de coches aguardaba a la puertas de la estación de Ballenoil junto al polígono de Julián Camarillo, una de las gasolineras automáticas que han criticado el descuento de 20 céntimos el litro por comprimir aún más sus márgenes de beneficio . La rebaja se ha aplicado sin imprevistos en sus puestos, donde César Mostaza alimentaba su taxi híbrido para el resto de la semana. «Siempre echo en todas las ‘low cost’, en polígonos industriales, en la que sea más barata», reconocía. Desde que los precios del carburante comenzaron su escalada, el pasado diciembre, desembolsa 25 euros más semanales por depósito. Este viernes se ha ahorrado 6,072 euros. En un surtidor cercano, Salomé Rodríguez, que trabaja como ‘rider’ de fin de semana con su Peugeot 207, sonríe cuando la máquina expide el tíquet, que resta 7 euros al importe total de 60 euros. «Ay, mira, pues es bastante, gracias a Dios».

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