Diez años del «tijeretazo» de Zapatero

Al no advertir la crisis de 2008, con el objetivo de reducir el déficit público, tras las presiones de la UE y otros organismos internacionales, el Ejecutivo rebajó el sueldo de los funcionarios y congeló las pensiones

Imagen de archivo de Pedro Solbes y José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso JAIME GARCÍA

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Los últimos años de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno están intrínsecamente ligados a la crisis económica de 2008. El socialista, que intentó aferrarse hasta el último minuto a sus medidas «anticrisis», se convirtió en el presidente que ejecutaría un recorte social que todavía se recuerda . Su «la salida de esta crisis será social o no será», sostén del argumentario de su presidencia, se diluyó en un «tijeretazo» que congeló las pensiones y bajó sueldos públicos con el objetivo de controlar y reducir el déficit público en el país. En aquella votación, el hoy presidente Pedro Sánchez fue uno más en la bancada que votó «sí» a los ajustes del Gobierno.

Hace diez años, un cabizbajo Rodríguez Zapatero compareció ante el pleno del Congreso tras ceder a las exigencias la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras instituciones internacionales, que reclamaban a España políticas de austeridad para afrontar la situación económica. Incluso Barack Obama , presidente de los EE.UU. en aquel momento, llamó a Zapatero urgiéndole a acometer reformas.

Su discurso, escrito en apenas 16 páginas que escondían más recortes que mensajes, viró por completo la política del Gobierno , que en tres días tuvo que improvisar (así lo reconoció el propio Zapatero) un plan para cumplir ante Bruselas . «No es fácil para un Gobierno dirigirse en estos términos a sus conciudadanos, pero lo necesitamos para cumplir con nuestros compromisos europeos », aseveró.

Rebaja de sueldos públicos y pensiones congeladas

El «tijeretazo» dinamitó todos los planes sociales que el Ejecutivo socialista había implementado meses antes; una «línea roja» infranqueable hasta ese momento . Las políticas de austeridad habían llegado después de que el propio presidente del Gobierno defendiese que los datos señalaban que la solvencia de España era «fuerte». Incluso, calificó de locura los rumores que empezaban a surgir sobre un posible rescate de la UE. De toda la lista, dos de las medidas fueron especialmente duras y con gran impacto en la sociedad española: la rebaja salarial de los funcionarios y la congelación de las pensiones. En cifras, solo estas dos medidas afectaron a 6 millones de pensionistas y casi 3 millones de funcionarios.

El Ejecutivo ejecutó una rebaja de sueldo del 5 % a los funcionarios en 2010 y lo congeló durante 2011. La medida afectó a un sector que, aunque ya había vivido congelaciones de sus retribuciones en dos ocasiones, nunca antes había sufrido una bajada salarial.

Las pensiones se congelaron en 2011 , si bien el Gobierno excluyó a las no contributivas y las prestaciones mínimas. Además, planteó la eliminación del régimen transitorio de la jubilación parcial. Este régimen con la reforma de 2008, que planteaba topes progesivos, establecía que un trabajador con 61 años, una antigüedad mínima de 6 años en la misma empresa y una cotización a la Seguridad Social durante al menos 30 años, podía acogerse a la jubilación parcial (o, lo que es lo mismo, cobrar parte de su pensión) si la empresa contrataba un relevista. La principal diferencia con la jubilación anticipada era que esta modalidad no penalizaba al pensionista.

La desaparición de este régimen también implicó que, desde su entrada en vigor, los pensionistas tendrían que acreditar 15 años reales cotizados para acceder a una pensión contributiva. Esta medida vino acompañada meses después de una reforma de las pensiones , que el Gobierno aprobó en 2011, pero no entró en vigor hasta 2013 (que supuso, entre otras cosas, elevar el techo de la edad de jubilación a los 67 años) .

Recortes en el gasto público

Las medidas también afectaron al gasto público, que debía disminuir drásticamente. El Gobierno aprobó recortes en la inversión pública por valor de 6.025 millones de euros entre 2010 y 2011 y las comunidades autónomas y ayuntamientos, que vieron como su nómina perdía 1.200 millones de euros. También se planteó la reducción en la ayuda oficial al desarrollo de 600 millones de euros entre 2010 y 2011.

Los recortes también pusieron fin al cheque-bebé , una de las medidas de las que el PSOE presumía en aquellos años, y desde enero de 2011 se eliminó la prestación que otorgaba a los españoles 2.500 euros por nacimiento. También decayó la retroactividad en la ayuda a la Dependencia, o lo que es lo mismo, el dinero que cobraba una persona dependiente por el retraso en la valoración de su grado de dependencia. El Gobierno, a cambio, estableció que todas las peticiones debían resolverse en un tiempo máximo de 6 meses.

Las medidas, incluso, afectaron a los medicamentos. El Gobierno estableció que se adecuaría el número de unidades de los envases a la duración estandarizada de los tratamiento de acuerdo a las indicaciones de la comunidad científica.

El objetivo de estas medidas era el de ahorrar 5.000 millones de euros durante 2010 y otros 10.000 millones en el ejercicio de 2011.

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