Deutsche Bank, un giro de timón para intentar salvar el Titanic

El alemán Christian Sewing releva al británico John Cyran como CEO para enderezar una nave anclada en las pérdidas

Rosalía Sánchez

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El anuncio esta semana del nombramiento de Christian Sewing como nuevo consejero delegado de Deutsche Bank ha sido recibido con alivio en España. Desde la vicepresidencia, Sewing se posicionó el año pasado firmemente en contra de la venta de la filial española, una red de 230 oficinas y 2.500 empleados que entraba en la categoría de banca minorista de la que su predecesor, John Cryan , quería deshacerse en una operación valorada en 2.000 millones de euros. Con Sewing al timón, la filial española se siente más segura y reforzada, pero no hay motivos para demasiadas alegrías. El timón que Sewing tiene ya en sus manos se parece bastante al timón del Titanic.

La decisión de sustituir a Cryan fue tomada en una reunión que convocó el pasado domingo el presidente del consejo de supervisión, Paul Achleitner, en la que el asunto prioritario en el orden del día era la caída acumulada en bolsa del 28% en enero. También se puso sobre la mesa el reciente incumplimiento de los objetivos de ahorro de costes y la advertencia del director financiero sobre que los ingresos del negocio de banca de inversión serán más flojos de lo previsto en el primer trimestre, datos que conoceremos en la presentación de resultados del 26 de abril. En la misma reunión quedó decidido que a la junta anual de accionistas de mayo habría que acudir ya con un nuevo capitán al frente.

Escenas repetidas

Esta película ya la hemos visto. Hace apenas tres años, Anshu Jain, británico de origen indio, fue despedido con iguales formas del mayor banco alemán y dejó paso al británico John Cryan, que durante meses se recluyó en Fráncfurt para idear una estrategia que supuso la sustitución de la junta directiva casi por completo y soltar el lastre de los costosos litigios en Estados Unidos.

Sewing empezó su carrera en el banco hace 30 años como aprendiz y ha ido ascendiendo paso a paso

En su paso por la oficina ha protagonizado operaciones de salvamento excepcionales, como la demanda de 14.000 millones de dólares de otoño de 2016, que podrían haber significado el hundimiento y que puso a los ministros de Merkel a trabajar en posibles ayudas estatales, incluso. Lo que Cryan no ha podido evitar es que Deutsche Bank caiga en los rankings internacionales una y otra vez. A esto se sumaba su visión de banca financiera, tan antipática al pequeño accionariado alemán, y la brecha definitiva que surgió con el Brexit. El plan de trasladar con urgencia a 4.000 banqueros de inversión de Londres a Fráncfurt no progresaba según lo esperado y no es de extrañar, porque el equipo que lo organiza está formado en un 90% por británicos a las órdenes directas de John Cryan. El mensaje de Achleitner con la sustitución es claro: Deutsche Bank vuelve a ser alemán.

Christian Sewing empezó su carrera hace 30 años como aprendiz en una filial y ha ido ascendiendo paso a paso, uno de esos perfiles que infunden seguridad en el pequeño accionista alemán. Su pasaporte y trayectoria, sin embargo, no servirán de barita mágica y habrá de cargar con unas cuentas ancladas en pérdidas. Deutsche Bank registró en 2017 una pérdida neta atribuida de 497 millones de euros, un 63,3% menos que en 2016, año en que perdió 1.396 millones de euros. Salió de la lista de los 15 mayores bancos privados del mundo y redujo su plantilla en unas 2.000 personas. Son ya tres años consecutivos en rojo y con un modelo de negocio que no tira en las calderas.

En Alemania hay unos 1.600 bancos y la mayor parte de ellos vive relativamente bien de la financiación de empresas pequeñas y medianas, que ya no recurren a Deutsche Bank. En cuanto a las grandes, no dudan en buscar la cooperación con otros bancos cuando se trata de fusiones o adquisiciones. El negocio minorista ha sido dejado por completo en manos de Postbank mientras la marca principal no maniobra con rapidez en la gran banca de inversión y el proceso para sacar a bolsa su división de gestión de fondos no termina de ofrecer resultados satisfactorios.

Proyecto Colombo

Sewing queda ahora encargado de virar para evitar el iceberg y llevar a cabo una revisión global de negocio de banca de inversión que podría resultar en recortes de costes. La revisión, conocida internamente como Proyecto Colombo, dará como resultado recomendaciones que podrían identificar nuevos recortes de empleos, pero también podría incluir la salida o el fortalecimiento de ciertas actividades. El estudio se centra especialmente en las actividades de trading del banco en los EE.UU.. Pero seguramente no bastará. No son pocos los analistas que señalan que, mientras Deutsche Bank y Commerzbak no abandonen sus respectivos pedestales y comiencen a hablar de fusión, el hundimiento es cuestión de tiempo.

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