La desceleración de la economía «se cuela» en la campaña electoral del Gobierno

El Ejecutivo intenta sacar la economía del centro del debate, mientras la ministra de Economía modula su discurso ante la acumulación de evidentes señales de deterioro (PIB, empleo, ventas de vehículos....)

Nadia Calviño, ministra de Economía y Empresa EFE

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La ministra de Economía, Nadia Calviño, junto al resto del Gobierno tiene la difícil misión de evitar una repetición de los famosos «brotes verdes» pronunciados por la anterior titular socialista de la cartera, Elena Salgado, y no arruinar la campaña electoral con un discurso demasiado negativo, que ahuyente al votante. Así se explica la modulación de las palabras de Calviño llamando a la prudencia o admitiendo que «queda mucho por hacer» y abriendo la puerta a una revisión de las previsiones de crecimiento. De todas formas, aunque el tono es progresivamente más negativo, la ministra apuntó en el último Consejo de Ministros que la economía española «no presenta signos de vulnerabilidad» y unos días antes, con los últimos datos de paro registrado, hablaba de eleementos «bastante positivos» . Sin embargo, la desaceleración podría adelantarse al nuevo discurso que intentan hilvanar desde Moncloa:

Desaceleración del empleo

El desempleo es el signo más evidente de la salud de nuestra economía, aunque en el caso español exhibe una elasticidad inquietante : en las crisis destruye rápidamente puestos de trabajo y, en la bonanza, los crea a similar velocidad. Otra cosa es la calidad de estos empleos, si son o no temporales. En este caso, los números invitan a la preocupación: Si tomamos los últimos datos de paro registrado correspondientes a septiembre de este año, veremos que el número de desocupados ha subido en 13.907 personas (+0,45%) hasta los 3.079.711 personas, la cifra más baja desde septiembre de 2008. Sin embargo, el ritmo de creación de empleo pierde fuelle ya que en septiembre del año pasado se crearon 22.899 empleos nuevos frente a los apenas 3.224 de este año, respecto a Agosto. Es decir, frente a una variación interanual del 2,87% en 2018 a un preocupante 2,44% el mes pasado.

Enfriamiento del PIB

Al margen de la revisión técnica realizada por Instituton Nacional de Estadística (INE), otro indicador muy elocuente de la actividad de nuestra economía se encuentra en el Producto Interior Bruto (PIB). Tampoco en este caso habría mucho espacio para el optimismo. Cierto que este año seguiremos creciendo por encima de la media de la Eurozona, pero los vientos de cola ya no están ahí. En concreto, en el segundo trimestre del año, la economía española apenas creció un 0,4% . Una décima menos de lo esperado y que el trimesre precedente. Lo que representa el menor ritmo de los últimos tres años. En términos interanuales, el PIB ha avanzado un 2% en el segundo trimestre del año y dos décimas menos que en los tres prmieros meses de 2019. Por lo tanto, la actividad se resiente. Este comportamiento lo ha atribuido el INE a una moderación del consumo que apenas avanzó un 0,1% , dos décimas menos que en el trimestre precedente por el enfriamiento del gasto de los hogares y del sector público, este ha caído del 0,5% al 0,4%.

Lo que contrasta con un sector exterior más dinámico , en el que las exportaciones han crecido un 1,7% por un 0,9% de las importaciones.

Poco ánimo entre los consumidores

Tampoco es bueno el estado de ánimo a pie de calle, al margen del relato que se intenta hilvanar desde Moncloa y Economía. Según el último índice de confianza del consumidor (ICC) , publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), este se ha situado en septiembre en los 80,7 puntos, 5,3 unidades menos que en agosto. Teniendo en cuenta que el umbral de los 100 puntos es lo que diferencia la percepción negativa de la positiva, como dice el refranero, no está la situación para bollos. En los últimos años la confianza del consumidor había oscilado entre los 90 y 110 puntos hasta que en agosto cayó a los 86 puntos.

También se trata de la marca más baja desde marzo de 2014 y esto se debe a la fuerte caída en la valoración de la situación actual en 76,4 puntos, 6,4 puntos menos que en agosto por el retroceso de componentes como la percepción del mercado de trabajo (7,7 puntos menos).

Menos matriculaciones y exportaciones

El potente sector del automóvil tampoco atraviesa su mejor momento: En España, según los datos de la patronal de los fabricantes Anfac, de la de los vendedores (Ganvam) y de concesionarios (Faconauto) correspondientes a agosto, la s matriculaciones se desplomaron un 30,8% respecto al mismo mes del año anterior hasta las 74.490 unidades. En los ocho primeros meses del año acumula un retroceso del 9,2%. Se trata de l a mayor caída de la venta de turismos desde 2008, cuando retrocedió hasta un 41,2%.

Sin embargo, la exportación de automóviles continúa siendo una palanca fundamental en nuestra balanza comercial y ya es la que aporta el mayor saldo positivo. Además de ser el segundo sector por valor de sus exportaciones. La patronal del sector, Anfac, dió a conocer hace unos días que solo en julio aportó 1.003 millones de euros frente a los 978 millones del sector alimentario. En cuanto al valor de sus exportaciones estas alcanzaron entre agosto de 2018 y julio de 2019, un saldo positivo de 8.994 millones.

Sin embargo, las cifras anteriores son un 8,9% inferior y solo en julio y julio de este año el saldo de la balnza comercial creció. En el último año las exportaciones han caído un 5,1% por un 2,3% de las importaciones dando lugar a un saldo positivo de 8.994 millones.

Fuerte recuperación del ahorro

La tasa de ahorro de los hogares españoles vuelve a mostrar cómo en tiempos de bonanza el gasto es mayor, mientras el deterioro de la economía invita al ahorro. En el segundo trimestre de este año, la tasa de ahorro ha alcanzado el 8,7% de su renta disponible bruta, según el INE (Instituto Nacional de Estadística). Un incremento de dos puntos respecto al trimestre anterior (6,7%). Se trata del mayor dato desde el segundo trimestre de 2013, con la economía española todavía en recesión. No muy lejos, el máximo histórico de esta cifra correspondiente al segundo trimestre de 2012, cuando la tasa de ahorro alcanzó el 12,1% de la renta disponible. En paralelo, la inversión de los hogares alcanza el 5,4% de su renta disponible (unos 8.270 millones de euros), un 4,2% menos que hace un año.

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