El déficit bajó al 3,33% del PIB hasta noviembre y se encamina al cumplimiento

Los datos parecen indicar que España, salvo sorpresa de última hora, cumplirá el objetivo de déficit de este año, del 4,6% del PIB. La ejecución presupuestaria hasta noviembre, publicada hoy por el Ministerio de Hacienda, así lo recoge: el déficit de todas las administraciones al margen de las corporaciones locales, que tienen superávit, se redujo hasta el 3,33% del PIB, es decir, 37.243 millones de euros, un 8,7% menos que en 2015. Si se incluyen los 2.336 millones de ayuda financiera, que la UE no toma en cuenta, el desfase entre gastos e ingresos se sitúa en el 3,54% del PIB.

En resumen, las comunidades autónomas reducen notablemente su desequilibrio, la Administración Central lo eleva ligeramente y la Seguridad Social dispara su agujero.

Las regiones son la principal fuente de buenas noticias al registrar un saldo negativo de 5.418 millones, un 63% menos que en 2015. Su déficit alcanza el 0,49% del PIB, por lo que es previsible que acaben el año ligeramente por encima del objetivo del 0,7%. Parte de esta mejora se debe a que las regiones engordaron sus ingresos por la liquidación positiva del reparto del sistema de financiación 2014, que fue 7.668 millones mayor que la de un año antes.

El Estado reparte año a año las previsiones de ingresos a las comunidades y a dos años vista, liquida las diferencias. Como en 2014 no esperaba que la recuperación iba a tener tal fuerza, se quedó corto y en 2016 tuvo que repartir la diferencia positiva de recaudación a las comunidades.

En plena negociación sobre la reforma de la financiación autonómica, los datos recogen la disparidad en la posición fiscal de las comunidades: cinco regiones incumplieron ya en noviembre el objetivo de todo el año (Aragón, Cantabria, Extremadura, Murcia y Comunidad Valenciana) mientras que otras cuatro cosechaban superávit (País Vasco, Canarias, Baleares y Asturias).

El Estado alcanza el objetivo anual

La Administración Central, sin embargo, empeora sus datos al registrar un déficit del 2,2% del PIB, 24.520 millones que suponen un 5% más que un año antes y que agota el margen del objetivo anual, que es del 2,2%. Ello se explica porque si bien el gasto medido en empleos financieros ha caído un 1,6% –un 0,8% incluyendo las ayudas a los bancos–, los recursos han bajado un 2,7%.

Pese a la subida de las retenciones en el Impuesto de Sociedades que entró en el pago de octubre, las devoluciones del tributo se han multiplicado en noviembre, suponiendo 667 millones más que el año pasado. Pese a ello, la Agencia Tributaria desgrana que, si se descuenta el efecto calendario, noviembre fue positivo en la recaudación por los ingresos derivados de actas a empresas.

En cuanto al IRPF, reduce sus ingresos por la reforma fiscal un 0,2% hasta los 67.824 millones. En comparativa, el IVA continúa aumentando su recaudación un 4,3% hasta los 59.765, pese a que en noviembre redujo sus ingresos en 991 millones.

Ante la extraordinaria de diciembre

En cuanto a la Seguridad Social, supone la Administración donde más aumenta el desequilibrio entre gastos e ingresos. Su déficit engorda un 75% hasta el 0,65% del PIB, 4.401 millones más que en 2015. Si bien los ingresos, por cotizaciones sociales sobre todo, crecen un 2,1% o 2.208 millones, los gastos en pensiones y otras prestaciones se disparan un 3,3%, 3.838 millones. En diciembre se agrandará aún más el agujero por la extraordinaria de los pensionistas. Así, el Gobierno prevé que la Seguridad Social acabe 2016 con un déficit del 1,7% del PIB.

Los datos de noviembre son especialmente importantes, ya que son los últimos antes del cierre anual de 2016 y reflejan cómo de encaminado va el cumplimiento del objetivo. Si bien solo resta la ejecución presupuestaria del último mes, las administraciones hacen frente a numerosos gastos en diciembre, como las extraordinarias de funcionarios y pensionistas.

A estos datos hay que añadirles los de las corporaciones locales que hasta octubre cosecharon un superávit del 0,52% del PIB, lo que permitirá reducir la cifra global de déficit ante los incumplimientos de otras administraciones. Cuando 2016 arrancó, el objetivo de déficit acordado con Bruselas era del 2,9% del PIB, que después relajó al 3,6% y después, ante la falta de medidas y de Gobierno, al 4,6%. Esta última será la cifra que cumpla el Ejecutivo.