El ministro venezolano de Petróleo, Eulogio del Pino, el ministro saudí de Petróleo y Recursos Minerales, Ali al Nuaimi, el ministro qatarí de Energía e Industria y presidente de turno de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Mohamed Saleh al Sada, y el titular ruso de Energía, Alexander Novak, durante el ecuentro de Doha
El ministro venezolano de Petróleo, Eulogio del Pino, el ministro saudí de Petróleo y Recursos Minerales, Ali al Nuaimi, el ministro qatarí de Energía e Industria y presidente de turno de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Mohamed Saleh al Sada, y el titular ruso de Energía, Alexander Novak, durante el ecuentro de Doha - EFE

Las claves del acuerdo entre Arabia Saudí y Rusia para congelar su producción de crudo

La medida, a la que se unieron Venezuela y Qatar, no equilibra los precios, que cayeron ayer un 3%

MADRID Actualizado: Guardar
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Los dos mayores exportadores de crudo, Arabia Saudí y Rusia (a los que también se han unido dos aliados de Riad en la OPEP, Venezuela y Qatar), han acordado mantener la producción de petróleo a los niveles del pasado mes de enero en una primera tentativa para frenar el desplome de los precios del crudo. Los representantes de los cuatro países, que se reunieron en la capital qatarí (Doha), anunciaron la adopción de esta medida con el propósito de «estabilizar el mercado», un equilibrio que «no solo beneficiará a los países productores y exportadores de crudo, sino a la economía global», según explicó el ministro qatarí de Energía, Mohamed Saleh al Sada, quien ostenta, además, el cargo rotatorio de la organización de los exportadores de oro negro.

Se trata, en todo caso, de una medida simbólica, aunque cuando menos tibia para aplacar el desplome del importe del petróleo, arrastrado a la baja por la enorme disponibilidad de crudo en un mercado en el que la producción de los yacimientos tradicionales se combina con la procedente de la industria del «fracking» de EE.UU. Y así fue recibida por los mercados, que pusieron fin a una pequeña racha de dos jornadas consecutivas de fuertes subidas.

El nuevo retroceso del Brent, que ayer cayó un 3,62% hasta los 32,18 dólares por barril, marcó la sesión en el Ibex, que perdió un 0,51% lastrado por los descensos en empresas ligadas a esta materia prima como Repsol (-2,21%) y Técnicas Reunidas, fuertemente castigada con un -22,98%.

La negativa de Irán

En el encuentro, estuvieron presentes, además de Al Sada, el ministro saudí de Petróleo y Recursos Minerales, Ali al Nuaimi; el responsable de la cartera de Energía ruso, Alexander Novak, y el titular venezolano de Petróleo, Eluogio del Pino. Conscientes de que la efectividad de la medida pasa por que más países se adhieran al pacto, invitaron a otros productores de crudo, sean miembros o no -como sucede con Rusia- de la OPEP. Especialmente importante es convencer a Irán e Irak, que no parecen dispuestos a perder cuota de mercado.

«No es una reducción real de las exportaciones y es un acuerdo cuya eficacia está condicionada a situaciones difíciles, como que más países se sumen y que se mantengan los niveles, ya de por sí récord, de producción en enero», detalla Mariano Marzo, catedrático y profesor de Recursos Energéticos y Geología del Petróleo de la Universidad de Barcelona, quien recuerda, asimismo, que en el pasado Rusia ha incumplido acuerdos con la OPEP. La última experiencia del eje Riad-Moscú se produjo en 2001, cuando el Gobierno saudí trató de comprometer al Ejecutivo de Vladímir Putin para una rebaja de la producción, algo que este incumplió.

Marzo lo interpreta, por tanto, como un «movimiento para lanzar un mensaje al mercado» de que Riad hará frente a todos los «inconvenientes», algo que hasta ahora no había hecho. Además, ambos países estarían preparando el terreno para la reunión del próximo mes de junio de la OPEP, en la que concurrirán Irán e Irak, u otras medidas adicionales. En este sentido, Novak indicó el pasado 28 de enero que Arabia Saudí había puesto sobre la mesa un recorte de la producción del 5%, para lo cual resultaba necesario que previamente se fijara un «consenso» entre todas las potencias petroleras.

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