China aprobará una nueva ley de inversión extranjera para abrir más su mercado

En algunos sectores, acabará la obligación de transferir tecnología al socio local, una de las demandas de EE.UU. en la guerra comercial

Ning Jizhe, vicepresidente de la Comisión Nacional para la Reforma y el Desarrollo de China REUTERS
Pablo M. Díez

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La Asamblea Nacional Popular , el Parlamento orgánico del autoritario régimen chino, tiene previsto aprobar esta semana una nueva ley de inversión extranjera. Uno de sus puntos clave será la apertura de más mercados a las empresas de otros países sin necesidad de contar con un socio chino ni de transferirles su tecnología, lo que implicará una mayor protección de sus derechos de propiedad intelectual.

Atraídas por sus 1.400 millones de consumidores potenciales , numerosas firmas extranjeras se veían obligadas hasta ahora a asociarse con una empresa china en las denominadas «joint-ventures» para hacer negocios en este país. Unas alianzas que en más de una ocasión han acabado como el rosario de la aurora, con pleitos en los tribunales por el robo de tecnología y patentes. «En más industrias se permitirá a los inversores extranjeros montar sociedades en las que tengan su total propiedad, en lugar de forzarlas a asociarse con firmas locales», avanzó la semana pasada en la Asamblea el vicepresidente de la Comisión Nacional para la Reforma y el Desarrollo, Ning Jizhe, según informa el periódico «South China Morning Post». Siguiendo con esta apertura, prometió también más facilidades para «proyectos clave» de titularidad extranjera única, como una fábrica de coches eléctricos de Tesla en Shanghái o un complejo químico de BASF en Cantón (Guangdong).

Junto al empleo, el crecimiento, el comercio, la inversión doméstica y las expectativas del mercado, la entrada de capital extranjero es una de las seis áreas a «estabilizar» este año por parte del régimen chino. Aunque la inversión extranjera directa subió el año pasado un 3 por ciento al ascender a 135.000 millones de dólares (120.000 millones de euros), en la última década ha aminorado por las restricciones del mercado chino. «China desarrollará más medidas de apertura en agricultura, minería, manufacturas y servicios, permitiendo empresas extranjeras de titularidad única en más campos», volvió a repetir Ning Jizhe la misma promesa que el régimen lleva haciendo desde que entró en la Organización Mundial del Comercio en 2001.

Tras ofrecer su experiencia y servicios en áreas como sanidad, protección medioambiental y reducción de la pobreza, la Cámara Europea de Comercio instó a China en un comunicado a «seguir con los compromisos hechos para ampliar el acceso al mercado y proporcionar un trato igual y un entorno regulatorio efectivo».

Con la intención de captar capital extranjero para seguir con la modernización de su industria, sobre todo en nuevos sectores tecnológicos, China anuncia una mayor apertura de su mercado que sirva para acabar la guerra comercial que libra con EE.UU. desde el verano. En buena medida, esa paz dependerá de lo amplia que sea la ley de inversión extranjera que aprobará la próxima semana la Asamblea Nacional. La reunión de esta año coincide con las últimas negociaciones con EE.UU. para acabar la guerra comercial abierta el año pasado por los aranceles del presidente Trump. Con el alargamiento de la tregua fijada hasta el 1 de marzo, ambas partes cierran los flecos finales para que Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, firmen un acuerdo que zanje sus disputas, que ya están afectando a la economía china.

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