Bruselas frenó la opción de Bankia en la compra del Popular por su carácter público

Bankia puja –o pujaba– junto al Santander y BBVA por Banco Popular. El propio ministro de Economía, Luis de Guindos, fue quien anunció públicamente el interés de la entidad en la adquisición. Sin embargo, y según las fuentes financieras consultadas por ABC, en el ámbito de la Comisión Europea no se acaba de ver con buenos ojos que una entidad rescatada, que ya está en proceso de absorción de otro grupo nacionalizado, BMN, salga al rescate encubierto de un banco privado. Y así se lo habría transmitido ya al Ejecutivo popular.

En el ámbito bancario se cree que el Gobierno, que más tarde aseguró que no interferiría en la decisión final del banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri sobre Popular, ha venido usando la presencia de Bankia en la operación para presionar o animar al resto de competidores a presentar una oferta por el sexto grupo del país ante el escaso interés que mostraban por las dudas sobre la contabilidad del Popular.

Según las fuentes, al Ejecutivo le resultaría muy complicado vender esa alternativa sin sufrir desgaste político, no solo por la opinión pública, sino también por la previsible presión de un Parlamento tan fragmentado y con Pedro Sánchez resucitado como líder del PSOE.

Eso sí, y según ha podido saber este diario, Bankia llevaba semanas trabajando en los números de la una eventual compra del Popular. Además, en el sector se veía esta opción con mucha lógica comercial, pues habría ayudado a esta entidad a mejorar su margen de negocio, muy limitado por su elevada exposición el crédito hipotecario y por tanto a los bajos tipos, con la elevada rentabilidad de la actividad en pymes del Popular.

Por otro lado, Bankia, aunque tendría que haber ampliado capital como tendrá que hacer el Banco Santander, cuenta con recursos suficientes. De hecho, y según las fuentes, la operación de fusión ya se planteó a ambos bancos hace dos años.