Los fondos europeos impulsarán el PIB la mitad de lo que prevé Sánchez

Daniel Caballero

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11/12/2020
Actualizado a las 21:57h.

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Cuando Pedro Sánchez presentó el plan de recuperación allá a principios de octubre, nadie podía contradecir sus cifras. El Gobierno era la fuente y el medio que transmitía los datos. Sin oposición, así cuantificaron en 2,6 puntos el impacto sobre el PIB que tendrá la llegada de los fondos europeos en 2021. Ese único canal de previsiones ya es historia tras la aparición ayer del Banco de España como alternativa oficial. La institución presentó sus proyecciones macroeconómicas 2020-2023 en las que echa por tierra los números del Ejecutivo para con el dinero comunitario. Y también sobre parte del repunte económico.

«Se estima que el crecimiento del PIB podría aumentar en 1,3 puntos porcentuales (pp) en 2021 y, adicionalmente, en otros 0,2 pp en el promedio de 2022 y 2023» , dice el informe del supervisor español respecto a las partidas que vendrán de la UE. Óscar Arce, director general de Economía y Estadística, confirmó ayer que su estimación es que, en tres años, la contribución de estos fondos sea de apenas 1,7 puntos. A la vista de estos datos, el ejercicio que viene su impacto será la mitad de lo que augura La Moncloa (2,6 pp). Esos 2,6 puntos, de hecho, no se alcanzarían ni en el conjunto del trienio que tenemos por delante . Baño de realidad para Sánchez y sus ministros, acostumbrados a masajear las proyecciones para convencer al mercado de que las cosas van mejor de lo que realmente van.

El Gobierno planea poder ejecutar el 100% de los más de 70.000 millones que se recibirán hasta 2023 -el total a futuro habrían de ser 140.000 millones-, con especial foco en la digitalización y la transición energética. En cambio, la institución dirigida por Pablo Hernández de Cos calcula un grado de ejecución del 85% al final de este trienio . Duda de que puedan inyectarse totalmente en la economía: «La incertidumbre acerca de la capacidad de las Administraciones Públicas de absorber un volumen tan elevado de recursos en un período tan reducido es muy elevada», señala el documento. Asimismo, el informe hace hincapié en que el plan de recuperación español, junto al francés, es de los más ambiciosos de Europa en relación al volumen de fondos absorbidos y a la anticipación de plazos. Y sin olvidar que la «evidencia histórica» de recepción de fondos de índole similar en el pasado señala que el volumen de ejecución de gasto está en el 30%.

Más allá de ello, el supervisor rebate también por completo los vaticinios de parte del Ejecutivo para el cuarto trimestre. Nadia Calviño , vicepresidenta económica, y José Luis Escrivá , ministro de Seguridad Social, han avanzado estos meses que esperan un crecimiento entre octubre y diciembre del 1,5% y el 2,4% intertrimestral, respectivamente. La Airef ya enfrió la semana pasada ese optimismo ya que su modelo de previsión en tiempo real (Mipred) calcula un alza del 1,1%, con una clara tendencia a la baja. Ahora, el Banco de España ha terminado por romper esas cifras: la evolución de la economía en términos intertrimestrales en la última parte del año será del 0,6%, -0,8% o -3%, en función de si nos encontráramos en un escenario suave, central o adverso , proyectados en función de la evolución de la pandemia. Esto supone hasta 4,5 puntos menos que lo que prevé Calviño y hasta 5,4 puntos menos si se compara con el dato de Escrivá.

El año negro para España está servido en 2020. El supervisor estima un desplome del PIB del 10,7%, 11,1% y 11,6% en los escenarios suave, central y severo, respectivamente. Cifras más o menos en línea con el -11,2% previsto por el Ejecutivo . Sin embargo, sí se detectan evidentes diferencias para el año que viene. En 2021 el Banco de España calcula repuntes del 8,6%, 6,8% y 4,2% en cada escenario, frente al 9,8% de La Moncloa. Ni siquiera en el panorama más optimista quedarían las previsiones equiparadas, en línea de lo que le ocurre al Gobierno en la comparativa con organismos internacionales. En este sentido, buena parte de la divergencia radica en que la institución liderada por De Cos no cree que el dinero comunitario vaya a tener un impacto tan elevado como lo que dice el Gobierno de 2,6 puntos de PIB. Eso sí, en todo caso, el Banco de España ha mejorado sus proyecciones respecto a septiembre, ya que entonces en el clima más peliagudo estimaba una caída del 12,6% en 2020 y un repunte del 4,1% en 2021, por debajo ambas de lo que piensa actualmente.

De cara a 2022 y 2023 se espera un crecimiento mínimo del 3,9% y 1,5% respectivamente, con 4,8% y 1,9% en el rango máximo. Estadísticas notables de repunte pero con tendencia a agotarse. La principal alarma radica en cuándo podrá España vislumbrar los niveles de PIB previos a la pandemia. En el escenario central, al que se le asume mayor probabilidad, no se lograría recobrar toda la economía hasta mediados de 2023 ; en el adverso ya nos plantaríamos en 2024, aunque todo dependerá de la evolución del Covid y las vacunas que hay en marcha.

«Existirán puestos de trabajo que no superarán la crisis y que darán lugar a un cierto aumento del desempleo de larga duración» , dice el informe, en línea con que no podrán evitarse quiebras empresariales pese a las ayudas públicas. El Gobierno calcula una tasa de paro del 17,1% este año y del 16,3% en 2021, evidenciando que no espera destrucción de empleo cuando termine la flexibilización de los ERTE. El Banco de España discute esas cifras con las suyas propias: aunque calcula un desempleo menor este ejercicio, sí proyecta que se dispare el siguiente . Al 17,1%, 18,3% y 20,5% en cada escenario, lo que contradice sobremanera al Ejecutivo. Y advierte de que puedan darse «fenómenos de histéresis», es decir, que aunque desaparezca la causa que originó la crisis -coronavirus-, se perpetúe una alta tasa de paro.

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