El aumento de la producción de petróleo iraní puede hundir su precio a 10 dólares

Las bolsas del Golfo cayeron este domingo hasta un 6% por la mayor competencia de Irán

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La industria petrolera de Irán, aunque obsoleta, llevaba meses preparándose para aumentar su producción de petróleo una vez que se levantasen las sanciones internacionales, lo que sucedió el sábado. A corto plazo, el régimen iraní puede verter a los mercados entre 300.000 y 500.000 barriles de petróleo al día, según los analistas, lo que aumentaría aún más el grave desequilibrio que existe desde hace meses entre la oferta y la demanda de crudo en el mundo. Y a largo plazo la situación podría empeorar, ya que cuando Irán consiga modernizar su industria petrolera su producción podría superar los cuatro millones de barriles, frente a los 2,8 millones actuales.

Este desequilibrio se ha producido fundamentalmente por la ralentización de las economías en general, y la de China en particular, y por la falta de acuerdo de los países productores para rebajar la cantidad de crudo que suministran a los mercados.

Hay además razones de índole religiosa: Irán, la potencia chií, mantiene una dura rivalidad estratégica con los países suníes productores de petróleo, especialmente Arabia Saudí y sus aliados del Golfo. Un enfrentamiento creciente en la guerra larvada existente entre chiíes y suníes, en la que el crudo puede ser un arma fundamental para empobrecer a sus adversarios mediante una bajada dramática del precio del combustible. A Irán le basta con aumentar sus exportaciones para incrementar la factura de sus ingresos, sin el menor interés en reducir la producción. El presidente Rohani trató no obstante de «tranquilizar» a sus adversarios: «Los amigos de Irán están contentos y sus rivales no deben estar preocupados. No somos una amenaza contra ningún gobierno ni nación», dijo ante el Parlamento. Pero lo cierto es que Teherán ha insistido en que no alberga la menor intención de reducir sus exportaciones, sino más bien lo contrario.

Todo ello, unido a la descoordinación manifiesta de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), hace pensar a los expertos que la cotización del petróleo podría caer a los 10 dólares el barril a medio plazo. El viernes, el tipo Brent, de referencia para Europa, ya cerró por debajo de los 29 dólares, cuando hace año y medio costaba 115 dólares.El Texas acabó la semana en 29,42 dólares. En ambos casos, son los precios más bajos desde hace doce años.

La atención sobre los mercados es hoy máxima, con el crudo Brent en 28,94 dólares

El desplome del crudo está ahogando las economías de los países productores, tanto los de la OPEP como los que no pertenecen a este cártel. Incluso en Estados Unidos se han cerrado numerosas industrias de «fracking», ya que no son rentables con los precios actuales. El primer ministro ruso, Dimitri Medvédev, ha anunciado que todos los ministerios y estructuras estatales tendrán que recortar drásticamente sus gastos y plantillas para hacer frente a la crisis que sufre su economía, muy dependiente de las exportaciones de hidrocarburos. Por su parte, el presidente de México, Enrique Peña Prieto, otro de los grandes productores al margen de la OPEP, está precisamente en Arabia Saudí de visita oficial para, entre otros motivos, pedir a su Gobierno que acceda a recortar la producción de la OPEP, que supera los 31 millones de barriles diarios, lo que haría subir los precios del crudo. La misma petición realizará a los dirigentes de los vecinos Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Kuwait en los próximos días.

Venezuela es otro de los países que están «con el agua al cuello» desde el punto de vista económico, ya que necesitaría que el petróleo estuviese a más de 100 dólares el barril para cuadrar sus cuentas. En aquella región, Brasil, Argentina y Ecuador también están sufriendo las consecuencias de tener un crudo muy barato. Brasil y Ecuador han visto muy mermados sus ingresos por las exportaciones de petróleo y gas –cuyo precio va ligado al del crudo–, mientras que Argentina padece la falta de inversiones en la industria petrolera. De hecho, el megayacimiento de Vaca Muerta está eso, «muerto».

España, con viento de cola

Nigeria –el mayor productor de petróleo de África– y Angola, ambos miembros de la OPEP, también han tenido que reajustar sus presupuestos por la caída de los precios, ya que son economías que dependen en más de un 90% de los ingresos por el crudo.

Por el contrario, este desplome del crudo está beneficiando a los países desarrollados que son importadores, como España, que se ahorró el año pasado más de 17.000 millones de euros en su factura energética.

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