Ángel Gurría

Cooperación internacional y digitalización: claves para el crecimiento inclusivo

El desafío político es garantizar que la transformación promueva un crecimiento sostenible e inclusivo que no deje a nadie atrás

Desde 2006 a 2016, en los países de la OCDE cuatro de cada diez nuevos empleos se crearon en sectores fuertemente ligados al ámbito digital Fotolia

Ángel Gurría

La transformación digital ha cambiado radicalmente nuestra manera de vivir y trabajar. Nuestras economías utilizan ingentes cantidades de datos, y la proliferación de la inteligencia artificial está abriendo nuevas fronteras y posibilidades. Esta transformación puede impulsar el crecimiento, estimular la innovación y mejorar el bienestar en todo el mundo. Pero implica algunos riesgos.

Los más evidentes y visibles se refieren a la seguridad digital, la privacidad, la gestión de datos, la fiscalidad y la concentración del mercado. Aunque también preocupa que la digitalización amplíe las brechas ya existentes entre países, entre empresas, entre regiones, entre trabajadores. A medida que la tecnología digital irrumpe en los mercados y remodela nuestras sociedades, los gobiernos deben colaborar para aprovechar su potencial, mitigar los riesgos y velar por que nadie se quede atrás.

Dicha colaboración resulta aún más indispensable si tenemos en cuenta la gran velocidad a la que avanza la digitalización de la economía internacional. Desde 2006 a 2016, en los países de la OCDE cuatro de cada diez nuevos empleos se crearon en sectores fuertemente ligados al ámbito digital, y actualmente más del 90% de las empresas en la OCDE cuenta con conexión de banda ancha. En España, el número de abonados a banda ancha móvil se disparó desde 28 por cada 100 habitantes en 2010 a más de 98 en 2018. Y estamos ante una tendencia que no muestra señales de remitir, ya que las proyecciones indican que, para 2022, por cada persona del mundo habrá tres dispositivos conectados.

No obstante, pese a la proliferación de las tecnologías digitales, en la última década el crecimiento de la productividad total ha disminuido –en parte, debido a la desigual adopción y difusión de las tecnologías en la economía internacional–. Solo un 27% de las pequeñas empresas en la OCDE utiliza servicios de computación en la nube (frente a un 55% de las grandes) y la adopción de los servicios de banda ancha de alta velocidad varía enormemente entre países. En Corea del Sur, por ejemplo, las conexiones de fibra óptica representan un 80% de todas las conexiones de banda ancha fijas, mientras que en Grecia ese porcentaje es del 0,16%. En España supera el 57%.

Asimismo, existen importantes disparidades geográficas en zonas de interior. Más de cuatro de cada diez hogares rurales de la OCDE carecen de acceso a banda ancha de alta velocidad –entre ellos más de un 60% de los hogares rurales españoles–. Y la brecha de género digital también sigue siendo amplia. A nivel global, una mujer tiene un 26% menos de probabilidad de tener un «smartphone» que un hombre. Y la brecha en el uso de internet (del 11%) apenas se ha reducido en los últimos cinco años.

Los riesgos se manifiestan también en el mercado laboral. En los próximos 10 a 20 años se podrían automatizar en torno a un 14% de los puestos de trabajo de los países de la OCDE y, pese a ello, los sistemas nacionales de competencias no están llegando a quienes más necesitan mejorar sus cualificaciones.

En resumen, la transformación digital no avanza al mismo ritmo en los diferentes países ni tampoco dentro de ellos, lo cual se traduce en una desigualdad de oportunidades. El desafío que encaran los responsables políticos es, por lo tanto, garantizar que la transformación digital promueva un crecimiento sostenible e inclusivo que no deje a nadie atrás.

En los próximos 10 a 20 años se podrían automatizar en torno a un 14% de los puestos de trabajo de los países de la OCDE

El proyecto Going Digital de la OCDE busca ofrecer a los países las herramientas que necesitan para prosperar en un mundo cada vez más conectado. Desde 2016, Going Digital reúne a gobiernos, expertos y diferentes interlocutores con el fin de generar un conocimiento basado en la evidencia acerca de los cambios que están provocando las nuevas tecnologías en nuestras economías y sociedades.

El proyecto ya ha producido análisis y conclusiones sobre cómo medir mejor la economía digital y fomentar políticas digitales que ayuden a mejorar el bienestar. Hemos creado un marco de políticas integradas fundamentado en siete elementos básicos: acceso, uso, innovación, confianza, empleos, prosperidad social y apertura de mercado. Dicho marco sirve de fundamento a nuestro Going Digital Toolkit , un conjunto de herramientas que facilitan a los países información clave sobre el estado de su desarrollo digital. También ha permitido realizar los primeros estudios nacionales sobre transformación digital, cuyo objetivo es ayudar a los países a formular estrategias digitales concretas de transformación digital, coherentes con sus necesidades y condicionantes específicas.

Going Digital también ha inspirado importantes trabajos en materia de inteligencia artificial, privacidad y seguridad. La adopción de los « Principios de la OCDE en materia de inteligencia artificial », en mayo de 2019, constituyó el primer acuerdo intergubernamental sobre estándares para la administración responsable de inteligencia artificial fiable. El Observatorio de Políticas de Inteligencia Artificial de la OCDE , que comenzará a funcionar a principios de 2020, supondrá un recurso muy útil para que los países avancen en la aplicación práctica de dichos principios. En la actualidad estamos llevando a cabo un estudio de implementación de las «Directrices de privacidad de la OCDE» para responder a los desafíos que surgen debido al aumento del volumen de datos personales y de su valor. Asimismo, estamos elaborando nuevas directrices que ayuden a los gobiernos a garantizar la seguridad digital de actividades esenciales para la estabilidad económica, así como la salud y la seguridad de los ciudadanos.

Estas iniciativas subrayan la importancia del diálogo y la cooperación internacionales en un momento de creciente incertidumbre, en el que los efectos disruptores de la digitalización se están dejando sentir prácticamente en todos los aspectos de las políticas públicas. Ante tal coyuntura, debemos abrirnos a nuevas maneras de pensar y estar dispuestos a adoptar enfoques ambiciosos. La OCDE está poniendo todo el empeño en adelantarse a los cambios y ayudar a aprovechar el poder de la transformación digital para conseguir un bienestar y un crecimiento inclusivos.

Ángel Gurría es secretario general de la OCDE

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