Acusados los tres hackers del mayor robo de datos de clientes bancarios de la historia de EE.UU.

Gery Shalon, Joshua Samuel Aaron y Ziv Orenstein están acusados de 23 delitos tras hackear el banco JP Morgan y otras once entidades a las que robaron información confidencial de sus clientes

Nueva York Actualizado: Guardar
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Las autoridades federales de Estados Unidos en Nueva York han anunciado este miércoles acusaciones penales contra tres supuestos piratas informáticos, dos israelíes y un estadounidense, presuntos autores de atacar el año pasado al banco JPMorgan y otras once entidades a las que robaron información confidencial de sus clientes.

Gery Shalon, Joshua Samuel Aaron y Ziv Orenstein, están acusados de 23 delitos en un caso que las autoridades consideran «el mayor robo de datos de clientes en la historia de las instituciones financieras de Estados Unidos».

Los investigadores calculan que los tres acusados podrían haber robado los datos confidenciales de unos 100 millones de clientes de esas entidades, incluida la información de sus cuentas de ahorro.

Se trata de la primera vez en que la fiscalía federal del distrito sur de Nueva York vincula a los tres acusados con el ciberataque del año pasado sufrido por JPMorgan y otras entidades, según el periódico The Wall Street Journal.

Además del banco neoyorquino, también fueron víctimas de esa «sofisticada» serie de ciberataques coordinados otras entidades, como el grupo Dow Jones y las firmas de corretaje ETrade Financial y Scotrade, entre otros, según el mismo diario.

La policía federal de EE.UU., el FBI, participa en la investigación para determinar el origen de ese ciberataque masivo y si la motivación que hay detrás es simplemente económica o se enmarca en una operación de espionaje internacional.

Cuando se llevaron a cabo los ciberataques en agosto de 2014, se habló de la posibilidad de que tuvieran vínculos con países como Rusia o Irán, pero hoy se supo que dos de los acusados son ciudadanos israelíes y el otro estadounidense.

El sector bancario de EE.UU. ha sido objetivo frecuente de los piratas informáticos en los últimos años, aunque la mayoría de los ataques tuvieron un móvil económico y en este ocasión los expertos en seguridad siguen sin encontrar motivaciones políticas.

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