Las «huellas» del calor en el campo: el mal momento de la miel y unos costes disparados

España acaba de salir de la segunda mayor ola de calor en 40 años, que se ha prolongado desde el 3 de julio hasta finales de esta semana. El calor ha dejado huella en el campo español. Entre las actividades más afectadas se encuentra la apicultura que, según cálculos de COAG, ha visto como la cosecha de miel de primavera se ha desplomado hasta un 70% de media (un 50% la de mieles tempranas y un 40% la de polen) , por unas temperaturas extremas y el acortamiento del periodo de floración de las plantas.

El responsable del sector apícola de COAG, Ángel Díaz, ha situado el origen de esta difícil situación en el calor inusual de mediados de mayo y en las olas de calor posteriores de junio y julio.

Cierto que no todas las especialidades de miel se han visto igual de afectadas, por ejemplo, la miel Algodonero ha tenido un año normal. De todas formas, aseguran desde el sector, se encuentran afectadas zonas productoras como ambas castillas, Levante o Extremadura. Díaz (COAG), que desarrolla su actividad por localidades como Grazalema y la zona del Bajo Guadalquivir, ha confesad0 que a estas alturas «lo que más me preocupa es que mis colmenas tengan agua para refrigerarse».

Por su parte, el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, coincide en que la Apicultura se ve siempre perjudicada cuando se producen sequías «ya que las abejas no se pueden alimentar normalmente». En cualquier caso, según AEMET, el quinto mes del año se saldó con una temperatura media de 19ºC, 2,4ºC más que la media habitual y convirtiéndose de esta forma en el segundo mayo más cálido desde 1961. Además la media de precipitaciones, 17mmm, da como le convierte en el mes más seco desde 1947.

Mayor consumo, mayores gastos

En el caso de los frutales, las organizaciones de agricultores y ganaderos han coincidido en señalar un incremento del consumo en las frutas de hueso, así como en la sandía y el melón. Además, COAG estima que el gasto en riego y fertilizantes ha crecido un 30%. Sin embargo, desde UPA consideran «sin justificar los bajos precios que el consumidor paga caro» y lo ha atribuido a la especulación mientras que desde COAG mencionan el veto ruso. Como ejemplo, han explicado que la Ciruela se está pagando a 35/40 céntimos el kilo y el melocotón a 25 céntimos por kilo frente al medio euro que se estima que permitiría cubrir gastos.

También los costes de producción han subido al socaire de las últimas olas de calor, ya que, con las altas temperaturas, «los cultivos están sometidos a un nivel de radiaciones muy agresivo». Lo que aumenta la inversión en fertilizantes y riego, que COAG estima en alrededor del 30%. Con el problema de que la fruta acabe con texturas blandas, «que no sean atractivas desde el punto de vista comercial».

Ramos (UPA) hace un balance más positivo respecto a 2014 cuando se adelantaron las campañas por el veto ruso («un desastre) y calcula en un 10% de media (un 25% en el caso de la ciruela, por ejemplo) la caída de la cosecha. Por otra parte, ha advertido contra un empeoramiento en la recogida del olivar, que podría ser muy deficiente sino llueve este verano.

Un 50% más de gastos

Desde COAG y UPA destacan que en el sector lácteo, por ejemplo, la vaca comienza a sufrir psicológicamente a partir de 20ºC, lo que con estas temperaturas puede conducir al animal a reducir su producción. Gaspar Anabitarte (COAG), ha añadido que esta situación requiere adoptar medidas inmediatas, para evitar «una situación insostenible», como usar ventiladores para mantener a los animales a temperaturas agradables o incrementar el uso de los tanques de enfriado de la leche. Esto conducirá a un incremento de los costes y de la factura, que puede llegar a subir un 50%, según esta misma fuente. Al margen del intenso calor reinante, el sector esta dividido por un agrio conflicto de precios industria y productores.

Un conflicto que requiere una pronta solución en palabras de Lorenzo Ramos (UPA), quien ha lamentado que en España sólo se produzca el 60% de la leche que se consume y ha criticado a la industria por «apretar» al ganadero con precios a la baja, en el entorno de los 18/20 céntimos por litro.

Menos cereal

Con la campaña del cereal prácticamente finalizada, desde UPA o COAG coinciden en destacar la escasez de precipitaciones durante la primavera, y apuntar a un deterioro de entre el 30% y 40% en la cosecha. En esta línea, el secretario general de UPA Lorenzo Ramos, ha explicado que debido a las altas temperaturas el cereal « no ha llegado a cuajar y que con ese 30% o 40% sobrante se ha tenido que dedicar a otros usos como el forraje». En esta línea, tanto Ramos como el responsable de Cereales de COAG José Roales, han apuntado hacia un incremento de los gastos en conceptos como el riego de cultivos (maíz, remolacha...). Lo que afectaría, en su opiniónn, a trigos más tardíos y a zonas del norte como Vizcaya o Treviño.