La Chatrier, el martes en plena tormenta
La Chatrier, el martes en plena tormenta - AFP

Roland GarrosParís suplica por un techo

La lluvia sonroja una vez más a Roland Garros, el único grande sin pista con techo retráctil. Se espera que la tenga antes de 2020

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Sobre las 12 horas, cuando Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal atienden a la prensa española antes de recibir un premio por su trayectoria y por su papel en la academia que comparten, cae la mundial sobre Roland Garros. «¡Ostras!», exclama Sánchez Vicario, que incluso detiene su discurso al comprobar por la ventana la violencia del cielo. Las previsiones no se equivocan esta vez y castigan con un martes de perros en París, ni rastro del verano que estos días tanto ha apretado con un calor inusual para la época. La realidad es que Wimbledon se ha ganado la fama de la lluvia, pero donde siempre jarrea es en París, casi imposible recordar una edición sin agua. Las consecuencias del temporal de ayer: jornada interrumpida, así que Rafael Nadal y Pablo Carreño se medirán hoy a las 11 horas en el duelo de cuartos de final, lo mismo que Novak Djokovic y Dominic Thiem. Si el tiempo lo permite, claro.

Desde hace más de un siglo, Roland Garros suplica por un techo, sonrojado cada año porque no puede hacer nada cuando llueve. «¡Qué divertido, eh!», bromea Pablo Carreño, harto de ver cómo se consume el día. Unos juegan al parchís, otros están de cháchara sin saber ya qué decirse, los familiares de Nadal miran fotos en el móvil contándose batallitas y los aficionados, que al menos se consuelan con la devolución del dinero de la entrada porque no se han consumido dos horas de juego, se refugian en un pasillo a la espera del aviso. Finalmente, sobre las 18 horas, y después de estar desde las 15.30 aguardando, reciben el mensaje. «Los cuartos masculinos se disputan a las 11 horas del miércoles. Los partidos de chicas se intentarán finalizar hoy».

Aunque se cumple en el inicio con el orden de juego, con competición desde las 14, el día está para todo menos para tenis, con las jugadoras resignadas y deteniéndose en cada punto porque el viento es innegociable, ofreciendo un espectáculo inapropiado. Timea Bacsinzsky domina a Kristina Mladenovic por 6-4 y 1-1, mientras que Caroline Wozniacki y Jelena Ostapenko van 6-4 y 2-5 antes de la detención, dos duelos deslucidos. Retoman el pulso más tarde, la lluvia vuelve a incordiar a la media hora y, ya por fin en la tercera intentona, vencen Bacsinzsky y Ostapenko.

De los cuatro Grand Slams, Roland Garros es el que más retrasado va, lejísimos de ser un torneo propio del siglo XXI. Australia, el más moderno, cuenta con tres pistas con techo retráctil. En Wimbledon, paradigma de la tradición, se techó la catedral (2009) con todo lo que supuso y se cubrirá la segunda central para 2019. Y en Estados Unidos, ya desde 2016 cabe la opción de jugar a cubierto en la gigantesca Arthur Ashe y la Louis Armstrong también contará con esa posibilidad el próximo curso. ¿Y París? París va a su ritmo, aunque ya están en marcha las obras de remodelación.

Obras en Roland Garros

Poco antes del inicio de este Roland Garros, llegó una excelente noticia. Después de muchísimos años pleiteando con los vecinos de la zona de Bois de Boulogne y con los ecologistas, a la organización del major francés le dieron luz verde para reactivar el programa. Ahora, la Federación Francesa, con la ayuda del ayuntamiento y varios patrocinadores, invertirá 340 millones para el cambio y modernizará la Chatrier con un techo que se cerrará en quince minutos. Además, desaparecerá la pista 1 y se creará otra que se ubicará junto a los preciosos jardines botánicos de Serres d’Auteil (por eso la pista se llamará des Serres). Se espera que se finalice antes de 2020, así que, hasta entonces, días tan largos como el de ayer. «Bueno, me aseguro uno más aquí», ironiza Carreño. Al mal tiempo, buena cara.

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