Entrevista
Fermín Cacho: «Quería estar con Abel, no me lo podía perder»
Mañana cumple 50 años y el domingo correrá el primer maratón de su vida
Todo por Abel Antón , por homenajear a su amigo Abel veinte años después del oro en el Mundial. Fermín Cacho correrá el domingo en Sevilla el primer maratón de su vida, el Zúrich Maratón de Sevilla de 2019. Lo hará justo un día después de su cumpleaños. El campeón olímpico de 1.500 en Barcelona’92 ha tenido en estas semanas de preparación la tutela de su paisano, Antón, embajador del reto #123aCorrer del Banco Santander que reunirá en la capital hispalense a unos sesenta sorianos y cien debutantes en los 42.195 metros. Con ellos, tres leyendas: Antón, Cacho y Martín Fiz.
¿Cómo ha ido la preparación?
¿Le digo la verdad o la mentira?
La verdad.
Ha sido dura. Dura no, durísima, por muchísimos aspectos. Primero, porque 42 kilómetros no son fáciles de hacer. Les tengo mucho respeto. Después de muchos años sin ponerme las zapatillas de correr, fácil no es. Estoy dolorido. Me duele hasta cuando escucho cualquier palabra que empiece por eme. Pero es cierto que tengo muchas ganas e ilusión, sobre todo por una cosa: porque es Abel, es el vigésimo aniversario de su campeonato del mundo en Sevilla. Sevilla es importante para todos y para él, algo especial. Por todo eso, y porque me siento amigo de él y también soriano, en este aniversario no podía dejar de estar ahí con toda la gente que viene de nuestra tierra y va a participar. Queríamos estar todos ahí, no me lo quería perder.
¿Lo hace sólo por Abel o también por usted?
Nunca se sabe lo que puede suceder en una carrera, y reitero que son muchos kilómetros y un gran esfuerzo, y más si no estás acostumbrado y llevas prácticamente ya trece años sin salir a correr ni a entrenar. Pero sí que lo hago por mí, porque después de 2002 había olvidado completamente el mundo del atletismo. Y quieras o no, esto con Abel, y hablándolo también con Martín Fiz, me ha servido para ponerme de nuevo las zapatillas y hacer cosas despacio para mejorar la calidad de vida y la salud. Si no hubiera sido así, tal vez no lo habría hecho.
¿Le ha entrado estos días el gusanillo de cuando competía?
La cabeza siempre va mucho más rápido que el cuerpo y las piernas, pero no, llega el momento en que cada uno tiene que saber dónde está, aceptar las circunstancias y hacerlo por mejorarte. Si fuera por la cabeza, yo me veo ganador del maratón y haciéndolo en dos horas. La ilusión la tengo, pero hay que ser realistas, ¿no? Es mucho tiempo, cuesta. Gracias a Dios, he estado, sigo y seguiré vinculado al atletismo.
¿Qué entrenamientos ha realizado?
Lo que he hecho ha sido solamente rodaje suave. El más largo, de dos horas y cuarto. Ha sido fatal, criminal. Más de una hora durante cuatro días a la semana no he hecho. Ha costado muchísimo. Después de trece años sin continuidad, fácil no es, pero bueno, algo hemos hecho, sufriendo mucho. Creo que se me han caído hasta los pelos de las piernas del dolor, así que ya no necesito la depilación. Pero, como le dije, me ha servido de mucho, de mucho, tanto emocional como psicológica y físicamente.
De Sevilla guarda muy buenos recuerdos, ¿no?
Sevilla me encanta. Creo que hice dos récords de España, fui dos veces campeón de España en pista cubierta, subcampeón del mundo, logré la mejor marca al aire libre en 1999 en el Estadio de la Cartuja… Para mí, usando el tópico, tiene un color especial. Y me encanta por todo, desde siempre. He hecho muy buenos resultados allí y, siempre que puedo, voy.
¿Su mejor recuerdo es el Mundial de 1999?
No. Quizá no sea el mismo que yo tengo…
¿Los triunfos en el pabellón San Pablo?
Tampoco. Hay algo que recuerdo mucho y es haber sido de los últimos atletas que corrieron en la antigua pista. ¿Cómo se llamaba?
Chapina.
Sí, Chapina. Allí corrí en diciembre de 1987 ó 1988, no recuerdo el año.
Antes de las obras de la Expo 92.
Eso es. Tendría 19 años. Luego fui campeón de España con 20. Y me acuerdo de aquella competición con mucho cariño. Fui de los últimos que corrieron allí. Y es de las cosas que más recuerdo de Sevilla, incluso más que los récords, los campeonatos de España o el subcampeonato mundial.
Habrá rememorado en estas semanas con Abel el Mundial del 99.
Uf. Recordar, hemos recordado mucho. ¡Si es que pasábamos cinco o seis horas a diario juntos! Hay muchas vivencias. Entrenábamos juntos, rodábamos juntos, hacíamos series juntos menos cuando él hacía tiradas largas... Teníamos esa convivencia de pasar muchas horas al día.
Es algo más que amistad.
Mucho más, sí. Es lo que hemos hecho juntos, lo que Abel y su familia hizo por mí. Nos hemos ayudado para conseguir los éxitos que vinieron. Ahí hay para escribir líneas, líneas y líneas.
Si le dicen hace un año que correría un maratón, se habría reído.
Hace un año, dos, tres, cuatro y cinco. Lo más importante de todo es que han pasado veinte años del triunfo de Abel en Sevilla. Estamos con él. No es Filípides, sino un soriano campeón del mundo. Todos queremos estar ahí, siendo partícipes del aniversario.
¿Cómo ve el nivel del atletismo español en la actualidad?
Si me pregunta por ser campeones del mundo de maratón, le digo que difícil. Si me pregunta por el medio fondo…
Por eso le iba a preguntar, sí. Usted sigue manteniendo un récord…
Sí, el de España en 1.500: 3.28.95. Hemos pasado una década muy difícil, pero hay gente joven que puede hacerlo bien. Con el resto de las pruebas, las que no son fondo ni medio fondo, sí que se ha dado un salto de calidad: en 400, velocidad, saltos… Sinceramente, con la mano en el corazón, en los próximos ocho años vamos a tener un equipo muy competente en España.
¿Y en el medio fondo?
También. En el 800 hay gente muy buena, como Kevin López, que es sevillano y está haciendo el tránsito al 1.500. Es muy bueno y tiene una calidad impresionante, pero hay que adaptarse a las formas de entrenamiento al necesitarse algo más de resistencia. No le hablo de los Juegos de Tokio, pero para los siguientes podemos tener gente muy buena y muy joven.
Hay pocas ayudas, dicen muchos atletas.
Por muchas ayudas que haya, siempre son pocas. Al atletismo lo ha afectado la crisis, el patrocinio a nivel de federaciones. Pero estamos saliendo ahora, hay más entidades privadas que se están interesando por el mundo del atletismo, están surgiendo más clubes… Y ésa es la esperanza. ¿Que ha habido menos ayuda? Seguramente debido a los recortes. Con la crisis, los patrocinios privados también se retraen cuando las cosas no van bien. Pero, a día de hoy, aunque todo eso no está superado ni mucho menos, la gente se está dando cuenta de que invertir en el deporte es invertir en salud y mejorar la calidad de vida.
¿Qué opinión tiene de los deportistas metidos en política? Usted lo hizo.
Cada uno en la vida tiene que hacer lo que crea conveniente. Yo hice política municipal. Al final, después de ocho años, no me convencía y me fui. Abel estuvo también. Hay deportistas que están en la política y yo les apoyo, independientemente de los colores o las ideas. Lo veo bien. En la Junta, el consejero de Educación y Deportes es Javier Imbroda, que ha sido deportista, entrenador, ha llevado a grupos de gente y los ha gestionado muy bien. Ahí están sus resultados deportivos. Cuando tomas esa decisión es porque piensas que puedes mejorar la calidad de vida de la sociedad, cada cual en su faceta. Eso sí, siempre hay que evitar ser el escaparate de unos políticos o candidaturas que te utilicen para luego dejarte atrás. En eso no estoy de acuerdo, pero que la gente se meta para poner un granito de arena, ¿por qué no? Me parece bien.
¿El éxito sería llegar y alcanzar la meta en cuatro horas?
El éxito, para mí, es estar con mi amigo Abel, disfrutar de él el fin de semana y, evidentemente, llegar, eso está claro. Eso sería para mí un triunfo y un éxito, pero disfrutando y pasándolo bien volviendo otra vez a Sevilla. Lo principal es Abel. Así lo siento. Es su maratón, su vigésimo aniversario. Lo importante es disfrutar del ambiente en una ciudad que el domingo va a ser con el maratón el centro de atención de España, Europa y el mundo.
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