Real Madrid

Santiago Solari, literatura, ajedrez y piano para un bohemio del banquillo

El nuevo entrenador del Real Madrid es un verso libre del fútbol que incluso elogia la figura del periodista deportivo

Rubén Cañizares

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No es Zidane, ni en carisma ni tampoco en palmarés, y así lo reconoció en su primera comparecencia pública («dejémosle tranquilo porque Zizou es incomparable», comentó), pero la estantería de trofeos de Santiago Solari (Rosario, 7 de octubre de 1976) no es moco de pavo. Con el Real Madrid, dos Ligas, dos Supercopas de España, una Champions, una Supercopa de Europa y una Intercontinental. En el Inter, tres Scudettos, una Copa y dos Supercopas de Italia. Y con River Plate, dos Aperturas y un Clausura. Una brillante hoja de servicios como futbolista que aspira igualar en su nueva vida como entrenador blanco. Esa que inició en 2013 en el cadete B del Real Madrid, que le condujo al Castilla en 2016 y que desde ayer le ha llevado a ser el entrenador del primer equipo. Provisional, sí, pero ahí está. Y, realmente, nadie sabe hasta cuándo. Sólo la dictadura de los resultados tiene la respuesta.

Santiago Solari proviene de una familia de futbolistas con pedigrí. Su padre, Eduardo Solari, sus hermanos Esteban y David, y su tío Jorge ‘el Indio’ Solari, fueron profesionales del balompié. También su prima Natalia tiene relación con el deporte rey: está casada con Fernando Redondo, uno de los mejores «5» de la historia. River. Atlético, Real Madrid, Inter y San Lorenzo fueron los cinco grandes clubes que disfrutaron de este interior izquierda de zurda talentosa, recorrido amplio, buena llegada al área rival y generoso en el trabajo defensivo. De sus botas nació la jugada que acabó en la famosa volea de Zidane de la novena: «Afronto el reto con ilusión y satisfacción. Trabajar en el Madrid es una gran oportunidad y un trabajo hermoso. En cualquier lado, no sólo como entrenador del primer equipo. También he sudado la camiseta hasta la última gota. El Madrid nos supera a todos pero también nos incluye en su grandeza», argumentó el argentino, que debuta este miércoles en el duelo de ida de dieciseisavos de Copa: «He visto a a guerreros y campeones dolidos. Quieren revertir ya la situación. El primer objetivo es ir a Melilla a ganar con dos cojones».

Cinco años de blanco

Con 24 años, y tras jugar la temporada del descenso (1999-2000) en el Atlético de Madrid, Solari recibió la llamada del eterno rival y de 2000 a 2005 compartió vestuario con los galácticos. Fueron cinco años que le hicieron un ferviente madridista. «¿Con qué te quedas del fútbol?», le preguntaban en una charla digital en 2012. Su respuesta, lapidaria: «Con un control de Zidane, una gambeta de Ronaldo, un recorte de Figo, un pase de Guti, una definición de Raúl, un remate de Roberto Carlos , un lanzamiento de Hierro o un cabezazo de Morientes».

También de esa época se le quedó impregnado el talante y la idea de fútbol de Vicente del Bosque, su entrenador durante tres temporadas: «Tenía mesura, señorío e irradiaba la imagen del Real Madrid como ninguno. Es inteligente y entiende que el protagonismo pasa por los jugadores. Maneja muy bien y con la mínima cantidad de palabras todo lo que significa este ambiente. O sea, la parte política, la de información y la futbolística», explicaba en 2011, nada más retirarse.

Sin tiempo a coger distancia ni aire, se sacó la licencia de entrenador y, tras un breve paso como columnista de «El País», llegó a la cantera del Real Madrid para seguir ligado a este deporte que su familia lleva grabado a fuego y que ilustres escritores argentinos como Sacheri, Fontanarrosa o Scher le hicieron amar aún más. Precisamente la lectura, junto al ajedrez y el piano, son sus otras tres grandes pasiones cuando el fútbol da un paso al costado.

Como verso libre, también se diferencia de la gran mayoría de sus compañeros de gremio a la hora de enjuiciar a la prensa deportiva. Tanto, que considera la figura del periodista esencial para que el futbolista tenga el poder y la fama que tiene: «El periodista siempre es un enemigo para el deportista, para el personaje público. Están para eso, pero la bronca del futbolista es que este tipo juzga y no hace, no decide, no tiene que correr y salga lo que salga, después tendrá razón. Yo creo que la prensa le da valor agregado al show y después el fútbol mama de ese valor agregado». Así es el bohemio Santiago Solari , el entrenador número trece en los dieciséis años de presidencia de Florentino Pérez.

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