La dura transición de Bale y Benzema

Es duro ser titular de referencia del Real Madrid , a rebufo del éxito de Cristiano, y pasar a la sombra del banquillo. La BBC ya solo emite en algunos partidos del Bernabéu, siempre ante rivales teóricamente inferiores. Cuando llega la hora de la verdad, en los enfrentamientos con el PSG, la Juventus y los inminentes ante el Bayern, esa conexión ya no existe. Bale y Benzema no comparten once con Cristiano. El francés fue titular en Turín y el galés no disputó ni un minuto. En el encuentro de vuelta sucedió todo lo contrario. El británico jugó medio tiempo y Karim no disfrutó ni un segundo. Esa sustitución de «Gareth» en el intermedio, con el 0-2 reinante, decía muchas cosas. Isco, Asensio y Lucas les han comido el sitio a los otrora baluartes de la alineación.

Los dos han perdido la titularidad indiscutible, pero son casos muy diferentes. Bale denota una carencia de compromiso descarada con el equipo desde que fue suplente en París frente al PSG en beneficio de Lucas. Lleva catorce goles y seis asistencias en el curso, una cifra discreta que podría mejorar si demostrara una mayor unión con la plantilla y el cuerpo técnico.

Benzema es todo lo contrario. Desea hacerlo bien. Está integrado totalmente con el grupo. Se siente apoyado, querido y defendido. Pone todo su empeño. Y su falta de acierto en el remate, solo suma nueve dianas esta temporada como portador del «nueve», le ha bloqueado mentalmente. Lo reconoce su entrenador. Quiere y no puede. Se encuentra en esa fase psicológica negativa en la que piensa que no va acertar. Devolverle la seguridad en sí mismo para pensar en positivo es un trabajo que Zidane ejecuta desde hace meses.

En esta situación, el estado de forma de Isco, Lucas y Asensio es superior para el técnico. Ha dado muchas oportunidades a Benzema y Bale a lo largo de la campaña y cuando ha llegado la hora decisiva , las eliminatorias de Champions, no puede hacer más concesiones.

Los hechos son objetivos. Lucas ha marcado nueve tantos y es el mejor asistente del equipo, con diez pases determinantes. Destaca sobre todas esas virtudes su trabajo defensivo, imposible de emular para las dos «B» de la BBC. Es un extremo convertido en cuarto centrocampista puro. Isco anotó ocho dianas, dio seis y su talento ha roto cerrojos. Y Asensio, diez goles y cinco asistencias , ha sido el mago que solventó partidos imposibles como el del PSG en el Bernabéu, con los dos pases finales del 3-1. Los tres son ahora los indiscutibles.