OlimpiadaLos Juegos Olímpicos que huelen a tubería

Arreglados los problemas dentro de los apartamentos de los atletas, la preocupación ahora se centra en los malos olores que llegan hasta la Villa Olímpica en función del viento. La contaminación de la laguna de Tijuca hace que el hedor se apodere de la atmósfera de los atletas. «Es un olor extraño, como a tubería», aseguran algunos atletas españoles, que han pasado de sufrir los desperfectos de la Villa a hacerlo con este mal olor intermitente.

Se refieren al aroma que emerge de las aguas cercanas al complejo, donde cada día llegan los desperdicios procedentes de la ciudad. Los vertidos descontrolados que se vierten en las lagunas que circundan el Parque Olímpico de Barra hacen que, por momentos, resulte desagradable respirar.

La situación se reproduce en la costa, donde se celebrarán las pruebas de vela, y también en la Laguna Rodrigo Freitas, sede del piragüismo. Un problema menor, pero se une a la lista de pequeñas incomodidades que están haciendo de estos Juegos los de la improvisación.

Ayer, a menos de 24 horas para la Ceremonia de Apertura, los trabajadores se apuraban para dar los últimos retoques a las instalaciones. Pasarelas de transporte a medias, accesos sin terminar... Casi nada estará finalizado a tiempo, aunque todo está preparado para dar inicio a los Juegos.

Los atascos son otro de los problemas de estos días en Río. Utilizar el transporte público o privado es un calvario habitual en la ciudad, que estos días se recrudece por la afluencia de gente. Hasta el alcalde de Río, Eduardo Paes, ha pedido a sus ciudadanos que no hagan desplazamientos largos hoy para evitar los atascos en la zona de Maracaná, donde se celebrará la Ceremonia de Apertura de los Juegos. Para tratar de solucionar este asunto, el viernes es festivo en Río, aunque nadie tiene muchas esperanzas en que eso pueda mejorar la situación en el asfalto.