Juegos Olímpicos

Balance de España en Tokio: mismas medallas, pero con menos brillo

Los atletas españoles, en un ciclo muy duro marcado por las lesiones y la pandemia, mantienen su presencia en el podio, pero ganan menos oros que nunca desde el salto cualitativo de Barcelona 1992

Cuántos países han participado en los Juegos Olímpicos

Estas son las medallas de España en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020

EFE
Emilio V. Escudero

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Acabados los Juegos de Tokio , esos que un día estuvieron a punto de no celebrarse por culpa de la pandemia, puede verse el vaso medio lleno o medio vacío. Es cierto que España mantiene su cosecha de medallas –las mismas que en Río y solo una menos de las conseguidas en Londres 2012–, pero se ha quedado con solo tres oros, la peor cifra desde que se transformó el deporte en España coincidiendo con los Juegos de Barcelona. Tan solo tres campeones olímpicos, lejos de los trece de la cita de 1992 y de los siete que hubo hace cinco años en Río, que han hecho descender a España en el medallero, donde ha ocupado la vigésimo segundaplaza final. Cifras que podrían haber aumentado de no haber sufrido las bajas inesperadas de Carolina Marín o Rafa Nadal antes de viajar, o las de Jon Rahm y Orlando Ortega ya a punto de comenzar su participación en Tokio.

Sandra Sánchez: Oro en kárate

Oro en kata en un deporte efímero

Era uno de los metales más seguros y no falló Sandra Sánchez. Primera campeona olímpica de un deporte que se estrenaba en Tokio y que no volverá al programa olímpico en París. La talaverana compitió en un deporte de origen japonés y ganó su medalla en el Nippon Budokan, el templo de las artes marciales. Un recuerdo inolvidable con regusto amargo por esa eliminación del kárate para París 2024, lo que dejará a la española con el honor de ser la única con un oro olímpico.

F. Gálvez y A. Fernández: Oro en tiro olímpico

Al fin una alegría para el foso nacional

Llevaban muchos años detrás de este metal tanto Fátima Gálvez como Alberto Fernández. Al final lo han conseguido en la modalidad de equipos de foso olímpico, lo que lo hace más especial aún. Fue el primer oro de la delegación española y su ejemplo ejerció un efecto muy positivo en la villa, donde muchos otros atletas vieron en su logro una inspiración para afrontar sus competiciones. Tras años de alegrías en Mundiales, esta medalla corona una carrera magnífica de ambos y les carga de razones para pensar en positivo de cara a París 2024.

Alberto Ginés López: Oro en escalada

Campeón olímpico en una nueva disciplina

El Comité Olímpico ha dado inicio en Tokio a varios de esos deportes de nuevo cuño que quiere ir introduciendo en los Juegos para atraer al público juvenil. Skate, surf, baloncesto 3X3... y escalada. Deporte este último en el que España ha demostrado que tiene capacidad para brillar también en estas modalidades nuevas. El extremeño Ginés López, de solo 18 años, se proclamó primer campeón olímpico de escalada y su logro ha enganchado ya a miles de jóvenes. Un ejemplo y un espejo donde mirarse para las nuevas generaciones de este deporte.

Teresa Portela: Plata en piragüismo

Primera medalla tras seis Juegos Olímpicos

El que la sigue, la consigue. No bajó nunca los brazos Teresa Portela, ni siquiera cuando se quedó cuarta en Londres a un sus piro del podio. Siguió trabajando la gallega, entrenando lejos de los focos y luchando por entrar en los Juegos. Los sextos para ella, la mujer española con más participaciones a la que su gran alegría le llegó a los 39 años. Plata en el canal Sea Forest que forma ya para siempre parte de su periplo vital. Medalla que premia una carrera ejemplar. Tanto, que fue quizá la más celebrada en la villa, donde Teri es una de las deportistas más queridas entre los atletas españoles.

Maialen Chourraut: Plata en piragüismo

La plata que faltaba en su colección

A los 38 años y con dos medallas olímpicas en la vitrina de casa, ya no tenía nada que demostrar a nadie. Ni siquiera a sí misma. Por eso, la persistencia de Chourraut y su lucha por estar en Tokio 2020 tiene aún más valor. Según reconocía después de haber hecho una bajada casi perfecta en el canal de aguas bravas de Kasai, la ausencia de presión le había beneficiado. Lograba así su tercera medalla olímpica, la plata que le faltaba para su colección tras el bronce de Londres 2012 y el oro de Río 2016.

Adriana Cerezo: Plata en taekwondo

La medalla que abrió la cuenta de España

Era el primer día de competición y ella tiene 17 años, pero nada de eso le pesó a Adriana Cerezo, todo alegría y descaro en el tatami. Se plantó en la final con una facilidad inusitada y allí rozó el oro, que se le escapó a falta de solo tres segundos. Lejos de conformase con una plata en sus primeros Juegos, Cerezo lloraba ambiciosa. Lo había tenido muy cerca. Con el paso de los días, viendo lo difícil que es subir al podio, le dio más valor a la medalla, que ya está en casa de su abuela, como era su deseo antes de irse España.

Rayderley Zapata: Plata en gimnasia artística

Ejercicio brillante, aun suspiro del oro

Tras su decepción en Río, donde no consiguió ni siquiera meterse en la final, Ray Zapata llegaba a Tokio dispuesto a comerse el suelo si hiciera falta. No tuvo que llegar a tanto, pues su ejercicio resultó tan brillante que alcanzó la mejor puntuación de todos los gimnastas. La misma que la del israelí Dolgopyat, que fue oro por haber realizado un ejercicio más complicado. Le dolió mucho la plata al principio al español, que no entendía por qué habiendo ejecutado mejor la rutina le daban el oro a su rival. Después acabó aceptando que la dificultad manda y valoró más una plata con la que habría sido feliz cinco años atrás.

Damián Quintero: Plata en kárate

Brillar en el país donde nació el kárate

La sonrisa de Damián Quintero, esa que solo desaparece cuando entra en el tatami, se multiplicó por mil cuando subió al podio para celebrar su plata olímpica. Resultó imposible superar al japonés Kiyuna, que jugaba en casa, pero supo el español valorar en su medida este metal que es el primero para el kárate masculino en unos Juegos. Primero y último, al menos por ahora, hasta que el COI decida que vuelva al programa olímpico, del que saldrá en París.

Equipo del K4 500: Plata en piragüismo

La medalla más difícil para Saúl Craviotto

Han sido tantos los obstáculos del ciclo olímpico para el equipo de K4 que la plata conquistada en la final olímpica les sabe a oro. La pandemia golpeó especialmente a los miembros del grupo, que vieron luego cómo se ponía en duda el proceso del selectivo. Golpes que les unieron más en su día a día y que propiciaron una alegría inmensa en Tokio. Es la quinta medalla de Craviotto, el capitán, que iguala a David Cal como el olímpico con más metales y que, si nada se tuerce, aspirará a superar esa cifra dentro de tres años en París 2024.

Selección femenina: Plata en waterpolo

Vuelta al podio nueve años después

Otra vez a las puertas del oro y otra vez ante Estados Unidos. Tendrá que esperar España para hacer realidad su sueño dorado, pues de nuevo las americanas fueron mejores en la final olímpica. En cualquier caso, sabe muy bien esta plata, que llega nueve años después del podio de Londres y que se ha conseguido, además, en plena renovación del vestuario, con jugadoras muy jóvenes (como Elena Ruiz, 16 años) siendo importantes durante el torneo. La mejor noticia para mirar al futuro.

Selección masculina: Plata en fútbol

La prórroga más triste del fútbol español

Hacía veintiún años que no subía a un podio olímpico la selección de fútbol. Maldición que ha roto en Tokio el equipo dirigido por Luis de la Fuente en Tokio. Allí no pudo subir a lo más alto. Se le escapó el oro en una final con prórroga que se llevó Brasil. Aun así, se trata de un logro inmenso que confirma el buen verano del fútbol español. Hay mimbres para soñar en grande de nuevo.

Pablo Carreño: Bronce en tenis

Medalla derribando al rival más gigante

Llegó tan tranquilo Pablo Carreño a la final, despojado de la presión por enfrentarse al número uno del mundo, que le salió el partido de su vida. El mejor Carreño en el momento más oportuno. Desquició el español a un Djokovic desconocido, que venía de una maratón el día anterior y que lo pagó en la lucha por el bronce.

Ana Peleteiro: Bronce en atletismo

Un salto de locura

Las lágrimas de Ana Peleteiro tras haberse hecho con el bronce en la final del triple salto reflejaban el trabajo de muchos años. Ella, que en un momento se vio perdida y que volvió a la carga de la mano de Iván Pedroso para alcanzar el podio olímpico. Alegría que es la única en el tartán para España, donde Eusebio Cáceres, María Pérez, Álvaro Martín y Marc Tur se quedaron a un paso de las medallas. El atletismo ha rendido a buen nivel en Tokio.

David Valero: Bronce en MTB

La alegría del campeón anónimo

Reconocía su entrenador, Carlos Coloma –bronce postrero en Río–, que había tenido que convencer a David Valero para creer en sí mismo. Alejado siempre de los grandes títulos, en Tokio ha conquistado el más grande de todos, sumando una medalla en una carrera de bicicleta de montaña que fue preciosa. Salió muy atrás el español, que remontó desde la vigésima plaza hasta la tercera para sellar una remontada de bronce.

Equipo masculino de 470: Bronce en vela

Una medalla en cinco metros cuadrados

Antes de aterrizar en Río, Jordi Xammar y Nico Rodríguez reconocían que casi habían vivido estos cinco años en los cinco metros cuadrados de su 470. Exageración que servía para evidenciar el trabajo que habían hecho para alcanzar un podio que se hizo realidad finalmente. Bronce que premia ese esfuerzo y que devolvía a la vela al medallero.

Joan Cardona: Bronce en vela

Bronce antes de reinventarse

Joan Cardona no entraba en las quinielas para subir al podio, pero su competitividad le permitió darle a la vela española su primera medalla desde Londres 2012. Metal que será el último de la clase Finn, que desaparece en París y que obligará al balear a transformar su cuerpo y a elegir otro barco para poder estar allí y aumentar su palmarés.

Selección masculina: Bronce en balonmano

El adiós más dulce para Entrerríos

Se quedó de nuevo España a las puertas de la final, su límite olímpico porque se lo impidió Dinamarca, pero pudo capturar un bronce precioso, con el que despedir a su capitán al vencer a Egipto. No volverá a lucir Raúl Entrerríos la camiseta nacional, pero se marcha con un sabor de boca especial. Otra medalla que sumar al bronce que ya tenía de Pekín 2008 y que adorna un palmarés magnífico.

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