Serie A
Theo asume el reto de Maldini
Indiscutible en el mejor Milán de los últimos tiempos, el lateral es, además, el defensa más goleador de la Serie A
Ibrahimovic lidera al «baby Milán»
No era nada fácil, pero Theo Hernández ha sabido recoger el guante que Paolo Maldini le lanzó el día de su presentación, cuando dijo de él que era «uno de los mejores laterales izquierdos del mundo», para acto seguido añadir: «Debe convertirse en uno de los tres mejores. Tiene que crecer con nosotros». Un año y medio después, Theo es tendencia en la ciudad de la moda, donde brilla en el mejor Milán de los últimos tiempos , logrando incluso abrir el debate de si es el mejor del continente en su posición: «No lo sé, solo sé que trabajo día tras día para serlo», dijo hace poco. Un título que no dudan en otorgarle en Italia, de acuerdo a sus actuaciones sobre el césped, donde acumula cuatro goles y tres asistencias en trece partidos de la Serie A. En palabras del jugador: «Es el mejor momento de mi carrera».
Su historia de rossonero comenzó en Ibiza con un padrino excepcional. Tras pasar sin pena ni gloria por Real Madrid y Real Sociedad, Theo, madridista confeso aún ahora, entendió que lo mejor para seguir creciendo era dejar el club blanco. En estas apareció el Milán, un gigante en horas bajas que iniciaba un proyecto tan ilusionante como repleto de incógnitas. Primero fue una llamada, luego una visita. Maldini , elegido por «France Football» como el mejor lateral izquierdo de la historia, fue el responsable de su fichaje. La leyenda rossonera , ahora director de Estrategia Deportiva y Desarrollo del club, viajó hasta Ibiza en el verano de 2019 para reunirse con el entonces jugador del Real Madrid. Antes le había llamado para contarle el proyecto. «No me lo pensé dos veces», diría luego Theo, que aseguró que Maldini era su «ídolo de la infancia».
Un lateral salvador
Los primeros meses en el Milán fueron complicados, con la destitución de Marco Giampaolo en octubre por los malos resultados del equipo. Entonces se apostó por Stefano Pioli y, meses después, por el regreso de Zlatan Ibrahimovic . Se acabaría conformando así una plantilla más competitiva, con un entrenador que lograría sacar el mejor fútbol de Theo, que en ningún momento ha dejado de ser titular. Desde entonces ha ido sumando adeptos a su causa, pero el que siempre confió en él fue Maldini, que el pasado miércoles se fundió en un abrazo con el jugador después de que este anotara el gol de la victoria ante la Lazio en el añadido. Un tanto que permite al Milán terminar el 2020 como líder de la Serie A, amenazando seriamente la hegemonía de la Juventus , campeona del Scudetto en los últimos nueve años.
Diez días antes de aquel cabezazo ante la Lazio, Theo amaneció con un mensaje de su madre en el móvil informándole de que era portada de todos los diarios deportivos del país. Sus dos goles ante el Parma habían servido para rescatar un valioso punto. Entonces, como ahora, Theo se confirmaba como uno de los laterales más prolíficos en ataque del continente, aportando los goles que podían faltar por la lesión de Ibrahimovic, desaparecido desde finales de noviembre. Hablamos, ni más ni menos, del defensa más goleador de la liga italiana, un jugador que asumió el reto de la mayor leyenda del club y que parece dispuesto a hacer historia como antes hizo él.
Una llamada que no se produce
El gran momento de Theo no se ha visto recompensado aún con una llamada del seleccionador francés, Didier Deschamps. Theo también tiene la opción de jugar con España, pero el menor de los Hernández quiere seguir los pasos de su hermano Lucas y hacerlo para Francia, el país de sus padres. Una convocatoria que, de seguir así, podría llegar en el mes de marzo, cuando se reanuden los compromisos de selecciones. Hasta entonces, continuará con el reto de volver a llevar al Milán a lo más alto, con un duelo excepcional el Día de Reyes, cuando se verá las caras con la Juventus. Un partido que será una oportunidad para resarcirse, pues en la Copa, el año pasado, fue expulsado. Un duelo por la Serie A para seguir llamando a la puerta de Deschamps, a la espera de que este le lleve con Francia.
