Cuando parecía que el Liverpool tenía el partido encaminado hacia una nueva victoria al ir ganando 0-2 al Leicester, los hombres de Klopp se encontraron con una situación para nada esperada.
El guardameta Alisson intentó regatear al delantero que quería presionar la salida de balón. El portero erró en el recorte y acabó perdiendo el balón. El estrepitoso error del cancerbero propició el gol del Leicester , que se ponía 1-2 en el encuentro.
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