Neymar, en horas bajas

Neymar está viviendo uno de sus peores momentos desde que está en el Barcelona. El brasileño, que estaba realizando una de sus mejores temporadas, parece haberse encallado desde que se erigiera como el gran artífice de la remontada ante el PSG. En aquel encuentro fue el protagonista de los tres últimos goles en los últimos siete minutos y parecía sostener al equipo en un momento en el que el resto de sus figuras no estaban al cien por cien. Ha pasado algo más de un mes y su trayectoria en este tiempo ha ido en descenso, hasta el punto que este pasado miércoles se retiró llorando del césped del Camp Nou tras caer eliminados ante la Juventus y ahora corre el serio riesgo de no jugar el clásico del Bernabéu, vital para las aspiraciones del equipo azulgrana para mantenerse vivo en la Liga.

Todo depende de que Apelación rebaje la sanción que le impusieron por «menospreciar» al árbitro asistente en la Rosaleda.

El mal fario de Neymar ya comenzó nada más acabar el partido ante el PSG. Unas molestias le impidieron viajar a Riazor, donde el Barcelona cayó derrotado (2-1) ante el Dépor. Curiosamente, aparecieron unas fotos suyas en la fiesta de cumpleaños de su hermana mientras el equipo estaba en La Coruña, lo que molestó a buena parte del barcelonismo. No obstante, su actuación ante el PSG y la histórica remontada taparon completamente la polémica. A partir de ese momento, el paulista encadenó tres partidos seguidos completos (Valencia, Granada y Sevilla) en los que se ganó, aunque solo anotó un gol.

La caída llegó en el siguiente choque, en Málaga. Sus continuos problemas con las botas (llevaba varios partidos cambiándoselas a los diez minutos y dejando al equipo con diez jugadores mientras lo hacía) le llevaron a ver una amarilla en La Rosaleda por molestar en el lanzamiento de una falta mientras se ataba los borceguíes. Algo anecdótico si no fuera porque mediada la segunda parte vio una nueva cartulina y Gil Manzano le expulsó. Más allá que al dejar al equipo con uno menos se evaporaron las posibilidades de remontar el partido (se perdió 2-0 y se desaprovechó el tropiezo del Madrid ante el Atlético), Neymar abandonó el campo aplaudiendo al asistente, lo que se interpretó por el Comité como un acto de «desprecio». Le cayeron tres encuentros, entre ellos el del Bernabéu. Los recursos del Barcelona no prosperaron. Ya no pudo jugar ante la Real Sociedad y ahora Apelación debe decidir si le rebaja la sanción o la mantiene. En el caso que no se tengan en cuenta las alegaciones del club catalán, el Barcelona acudiría al TAD para pedir la cautelar y que el futbolista pudiera jugar ante el Real Madrid.

Con la Liga aparcada, Europa no ha sido el remanso en el que encontrar la paz. Ante la Juventus no ha podido ser decisivo e incluso acabó viendo una amarilla en el Camp Nou por tomarse la justicia por su mano y pasarle cuentas a Pjanic tras una entrada del bosnio a Messi. Esta cartulina completa su ciclo y le impedirá disputar el primer encuentro de la fase de grupos de la próxima temporada.

Neymar ha encontrado consuelo en su familia, que siempre le arropa en momentos complicados. Tanto su madre como su hermana quisieron mandarle mensajes de ánimo de forma pública para elevar la autoestima del futbolista. «Amor mío, sé que este momento no salió como te hubiese gustado, pero Dios lo sabe todo. Siempre serás un ganador, levanta la cabeza y sigue, porque todo pasa. Agradezco a Dios por todo, principalmente por nuestras derrotas, porque sé que lo mejor está por venir. Ya eres un ganador para Cristo Jesús», publico Nadine, la madre del crack en las redes sociales. Su hermana Rafaella añadió: su hermana escribió: «Tenemos todo el mundo por delante. ¡Te amo!».

Las imágenes de Neymar llorando al término del encuentro han dado la vuelta al mundo y han sido un claro ejemplo de lo importante que era el partido ante la Juventus y la Champions para el brasileño. Llamado a ganar el Balón de Oro tras el reinado de Leo Messi y Cristiano Ronaldo, esta semana puede ser decisiva en la presente edición del galardón. Dani Alves, compañero suyo en la selección e íntimo amigo de su etapa en el Barcelona, le arropó mientras se retiraba a vestuarios. «Le dije que esto funciona así. Yo no me quería enfrentar al Barcelona porque ya lo vivimos juntos y ahora lo viviríamos separados», desveló el actual defensor de la Juventus.