James Rodríguez pierde la cabeza, es expulsado y casi agrede al árbitro

James Rodríguez es uno de esos talentos que regala el fútbol y que el beneficiado se encarga de estropear. El colombiano, con un don envidiable para el deporte rey, ha ido año tras año dando pasos atrás en su carrera y ha acabado con solo 29 en Catar, jugando una liga menor. Y su inicio allí tampoco es para presumir.

En el partido de ayer entre su equipo, el Al Rayyan, contra el Al Arabi, James recibió una dura entrada por parte de un contrario en el tiempo de prolongación, cuando su equipo caía por 2-1. Una acción algo innecesaria y violenta por la que el colegiado del partido no amonestó al infractor. Esto provocó el enfado de James, que sí que fue penalizado con amarilla, lo que desembocó en un ataque de ira del colombiano.

James, incontrolable por sus compañeros y fuera de sí, se dirigió al árbitro con modos intimidatorios y de manera insistente, indignado por cómo había resuelto la acción, y hasta llegó a zarandear del brazo el colegiado. Motivos suficientes para que le sacara la segunda amarilla y le mandara a la ducha, pero no sin antes volver a la carga. James , en modo cortocircuito, se puso a aplaudir en la cara del árbitro durante unos cuantos segundos antes de quitarse la camiseta y marcharse corriendo a los vestuarios.