Ejemplos como estos deberían ser la tónica normal en el fútbol profesional. A veces ocurre. Otras veces no. Pero los niños siempre están ahí para dar alguna que otra lección a los mayores. En este caso, la selección qatarí sub 12 fue la que envió un mensaje al planeta fútbol de que por encima del triunfo está la deportividad , los valores y el respeto al rival.
En la Jeem Cup sub 12, se enfrentaban Qatar y Palestina . Una lesión de uno de los jugadores provocó que se parara momentáneamente el partido. El árbitro decretó que Palestina devolviera el balón a Qatar con tan mala suerte, que uno de los futbolistas qataríes envió la pelota hacia la portería rival y el portero no pudo atajarla.
El gol subió al marcador. Pero en un gesto de deportividad , en la siguiente jugada, los qataríes dejaron que su rival avanzara con el balón hasta que marcaron y empataran el encuentro. Solo entonces el partido volvería a estar como debió estar y pudieran jugarse el triunfo en igualdad de condiciones. Ganó Palestina, pero en realidad la victoria fue para los dos.
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