10 años como campeones del mundo

Casillas: «Ante Paraguay tuvimos la suerte de las grandes selecciones»

El gran capitán salvó al equipo al parar un penalti decisivo en cuartos contra Paraguay, considerado por todos el partido más áspero y duro del Mundial

Íker Casillas anuncia que se retira

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Las mejores fotos de España son las que tienen a Íker Casillas en el centro y alzando los brazos al infinito, una secuencia estupenda de éxitos de 2008 a 2012 con tres trofeos mágicos. Ninguna de esas imágenes, sin embargo, tiene tanto valor como la de 2010, fiesta monumental en el paraíso de Johannesburgo después de un Mundial angustioso y repleto de piedras desde el inicio. La selección bordó una estrella en su pecho que nadie le podrá arrebatar jamás, pero antes de esa explosión el conjunto de Vicente del Bosque las pasó canutas por Sudáfrica. Ya se han relatado en las páginas anteriores los tres partidos de la fase de grupos y el triunfo por la mínima ante Portugal, pero tocaba enfrentarse al fantasma de los cuartos de final, por norma el final del trayecto del combinado nacional sin que importara la época y el nombre de los jugadores. Esta vez, e impulsada por el título de la Euro 2008, España derribó el muro al vencer a Paraguay en una noche terrorífica con protagonismo especial para Casillas, decisivo al detener un penalti a Cardozo en el segundo tiempo con 0-0. Tuvo tanto valor como un gol, tanto valor como ese pie milagroso que el 11 de julio le negó la gloria al holandés Arjen Robben.

¿Qué tenía Paraguay que les costó tanto?

Es verdad que aquel partido de cuartos contra Paraguay fue bastante difícil, nos enfrentamos a un equipo bastante correoso. Entendíamos que a nosotros se nos veía como claros favoritos por la manera de manejar la pelota y Paraguay nos complicó muchísimo a la hora del cuerpo a cuerpo. Un equipo muy luchador, muy fuerte en las acciones divididas... Es verdad que nos supieron sacar de nuestra manera de jugar.

¿Fue el partido más difícil del Mundial?

A diferencia del partido ante Chile, otro equipo suramericano que es verdad que aquel día se jugaba la clasificación y ambos nos enfrentamos con esos temores de pasar la fase de grupo, sin ninguna duda que en un duelo de cuartos de final y de esta dimensión cualquier detalle marca. Si miras un poco la videoteca, te das cuenta de que grandes selecciones se han quedado por el camino en un partido a cara o cruz como este. Aquel día tuvimos por fin esa dosis de fortuna que necesitas las grandes selecciones. A raíz del penalti que falla Paraguay, y aunque nosotros tenemos otro y no lo metemos, las cosas podían haber cambiado mucho si ellos aciertan.

¿Cómo fue ese penalti que le lanza Cardozo? ¿Lo había estudiado mucho?

Siempre digo que son curiosos esos detalles. Me acuerdo de que Pepe Reina siempre, antes de cada partido, me venía y me hablaba de quién podía lanzar los penaltis en el rival. A él le encanta eso, tiene pasión por ese tipo de cosas. Me parece fenomenal porque también es la parte de un portero de estar informado. Él me decía que le tiró en la Europa League con el Benfica (Reina estaba entonces en el Liverpool) y su lado de seguridad podía ser el derecho, a mi izquierda, pero es verdad que también sabía pegarle muy bien a la derecha del portero. No sé, dadas las circunstancias del partido que era, reaccioné y decidí lanzarme a mi izquierda por aquello de anular su lado de seguridad. Salió perfecto y evidencia lo bien que nos llevábamos también los porteros.

En plena locura, llegó el penalti a Villa. ¿Se puso más nervioso con el lanzamiento de Xabi Alonso que con el que le habían tirado a usted un par de minutos antes?

Es que fue todo tan rápido que apenas me dio tiempo a asimilar lo que estaba pasando. Habíamos tenido un penalti en contra, lo había parado y me quedé con la pelota en las manos. Montamos una contra y justo a los 20 segundos de tener la pelota en mis manos se le hace penalti a Villa. Y luego ese penalti lo lanzamos, metemos gol, se vuelve a repetir, falla Xabi Alonso, la pelota queda muerta, le hacen otro penalti clarísimo a Cesc que no pitan... Fue todo muy loco y muy rápido, una situación de muchas protestas. En cuestión de tres o cuatro minutos hubo dos penaltis, acciones polémicas y por fin volvemos a la calma.

¿Qué parada vale más, la del penalti a Cardozo o la que hace a Robben en la final?

Bueno... Todo el mundo se acuerda de la de Robben, es normal. Es un poco la parada que marca el momento exacto en el que puedes ser campeón del mundo, pero para llegar ahí hay otras situaciones en las que tienes que saber estar a la altura. El penalti de Paraguay es una de ellas. Esos partidos la gente se piensa que son fáciles, pero cuando se pone un equipo como ese por encima en el marcador, los treinta minutos restantes pueden ser inexistentes: pérdidas de tiempo, los nervios, la incertidumbre, jugar de una manera algo más alocada para intentar empatar, las contras... Todo lo que sea ir por debajo, te crea problemas.

«Todo el mundo se acuerda de la parada de Robben, es normal. Pero para llegar ahí hay otras actuaciones como la del penalti de Paraguay»

¿Ha visto muchas veces el Mundial repetido?

Sí. No es que lo esté viendo constantemente, pero es historia de nuestro fútbol, historia de nuestro país. Es normal que cuando se acercan estas fechas la gente te lo recuerde. Y entre la tele, internet... Es difícil no haberlo visto alguna vez.

¿Y el gol de Iniesta?

El gol de Andrés es el gol de todos. Un gol buscado durante tantísimo tiempo por muchísima gente que caía en una desgracia continua en el fútbol. Somos un país de fútbol y que nuestra selección no hubiera conseguido unos éxitos más allá de los éxitos de los Juegos Olímpicos del 92 o la Eurocopa de 1964... Hablamos de mucho tiempo atrás, hay gente que ni había nacido y otros ni se acuerdan. Y los Juegos, siendo un gran logro, es un título que lo logra la sub 21, no tiene la misma trascendencia. Este Mundial lo que supuso fue un alegrón inmenso. Poner tu nombre entre los campeones del mundo, esa estrella, significa mucho.

Como capitán de aquel equipo, ¿qué destacaría de esa selección?

Tenía una unión fuera de lo normal. No es fácil, cuando un seleccionador convoca a 23 jugadores que son todos importantísimos en sus respectivos equipos, que funcione tan bien, algunos han de asumir un papel que nunca han vivido porque son protagonistas principales en sus clubes. Nosotros teníamos mucha competencia, línea por línea teníamos un equipo descomunal. Y, sobre todo, era un compañerismo verdadero y profundo. Eso, creo, es lo que nos hizo llegar tan lejos, aparte del buen juego con la pelota.

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