El esperpento de Pinot

Se subió el primer puerto del Tour sin dueño al mando. En el Aspin voló hacia la cima Stephen Cummings, escapado de una fuga de 29, y por detrás Nibali, Dani Navarro, el líder Van Avermaet y un rosario de corredores desperdigados. Por la situación de carrera, que entendería Froome que no le convenía, por la ausencia de ataques o por la tregua que se dieron los favoritos, de repente apareció la Française des Jeux (FDJ) en cabeza.

Sorprendente deriva, ya que la FDJ no es un conjunto dominante, y menos en la primera etapa de montaña del Tour. Tres corredores de la FDJ se pusieron en cabeza ante el asombro general.

Su ritmo no recortó muchas distancias con los escapados, tampoco descolgó a mucha gente del pelotón principal y en el colmo de lo asombroso el que se quedó fue su capitán, Thibaut Pinot.

Apenas cinco kilómetros más allá del arreón inicial, Pinot -escalador fino que tiene miedo a los descensos- perdió paso con el grupo principal y empezó a perder tiempo. Demasiado tiempo al final. Más de siete minutos con el ganador Cummings, y casi tres con el grupo de los favoritos. Fue una extravagancia del francés que pagó cara.