El amigo invisible de Towns, el número uno del draft

Hace tiempo que «Karlito» y Karl Anthony Towns se hicieron amigos inseparables, aunque pocos conozcan la identidad del primero y a pocos aficionados al baloncesto les pase inadvertida la del segundo. El número uno del draft, compañero de Ricky Rubio en los Timberwolves, tiene un amigo invisible. Uno reconocido, con nombre propio, que cumple funciones importantes para el pívot de Minnesota.

Uno de los primeros en darse cuenta de la presencia de Karlito fue John Calipari, el técnico de Towns en los Wildcats de Kentucky. «Parecía que estaba hablando con sí mismo, pero en realidad lo estaba haciendo con Karlito, su amigo invisible», señalaba este verano uno de los asistentes de Calipari presentes en aquel entrenamiento.

Desvelada la «presencia» de Karlito, quedaba saber para qué estaba allí, algo que el número uno del pasado draft ha hecho en una entrevista para la web estadounidense «Mashable» «La mayoría de las veces me dice que continúe tirando o trabajando duro si hago un par de errores.

Es como un abogado del diablo de lo que estoy haciendo», señala el pívot de los Timberwolves.

El descubrimiento de Karlito y la elección de Towns como número uno del draft desembocó en una campaña publicitaria que elevó a ambos a niveles de estrella. Camisetas, tazas... todo tipo de merchandising con Karlito, al que incluso le han creado una cuenta de Twitter.

Ahora, con su paso a profesionales, Towns sigue contando con su amigo invisible para afrontar los partidos, pero con Ricky repartiendo asistencias, todo es más fácil. 16 puntos y 10 rebotes son sus números en un inicio de temporada complicado, que le ha situado en la carrera por el trofeo de «Rookie del año». Si lo gana, tendrá que compartirlo con Karlito, su amigo invisible, que tanto le ha ayudado a llegar hasta aquí.