Lemar se tambalea en el Atlético

Aquella fotografía de Miguel Ángel Gil Marín en la localidad rusa de Istria, sede de la concentración de la selección francesa en el Mundial 2018, simboliza hoy la efímera esencia de los contratos en el fútbol. El consejero delegado del Atlético vinculó el futuro del club a una conexión francesa que debía perdurar en el tiempo como se había perpetuado la influencia del Cholo Simeone en una institución inestable hasta el invierno de 2011. En aquella foto Gil Marín renovó a Griezmann hasta 2023, a Lucas Hernández hasta 2024 y selló la contratación de Thomas Lemar, el fichaje más caro de la historia del Atlético (72 millones) hasta la llegada el verano pasado de Joao Félix. Esa plataforma construida en base a aumentos de contrato o sueldos millonarios ya no existe. Griezmann se marchó al Barça dando un portazo, el Bayern Múnich pagó la cláusula de Lucas y todo indica que Lemar está en la puerta de salida en el mercado de invierno. Ya lo expresa el vox pópuli. « Si quieres un amigo fiel en el fútbol, cómprate un perro ».

De la terna de veleidosos franceses campeones del mundo, solo Lemar sigue en el Atlético, aunque su aportación durante año y medio no ha pasado el filtro de Simeone, habitual defensor de los futbolistas a su cargo. «Es un jugador importante. Si se queda o no, los representantes trabajan bien y los clubes miran por sus necesidades. Como futbolista sus características siempre me han entusiasmado. No ha podido responder a las expectativas», expresó antes del partido con el Levante de este sábado ( 18.30, Wanda ).

Los representantes del galo son tres socios de una empresa de su país llamada Kemari , cuyo código ético exporta el fútbol como «un vehículo importante para la tolerancia, la coexistencia y la cohesión social», además de la «erradicación del racismo».

Lemar, caribeño de la isla de Guadalupe que emigró a Francia con 14 años, se convirtió en titular para Simeone desde su llegada del Mónaco. Sin deslumbrar a nadie con su fútbol técnico y circular, generó expectativas por su capacidad de asociación, buen toque y visión de juego. 43 partidos, 2.608 minutos, tres goles , seis asistencias, un título (la Supercopa ganada al Real Madrid en Estonia).

El asunto ha empeorado para él desde que emigraron sus compatriotas Lucas y Griezmann al final de la pasada campaña . Lemar ha perdido el sitio en el centro del campo. Koke, Saúl, Thomas y Herrera están un escalón por encima. Y él pelea con Correa y Vitolo por minutos de juego.

Simeone ya le advirtió sobre sus carencias en una entrevista a la primera publicación europea del fútbol, France Football, la que entrega el Balón de Oro. « Debe entender que el fútbol no es solo visual, debe ser concreto ».

Las lesiones y un rendimiento insustancial han generado un caldo de cultivo en el Wanda. Hay murmullos y algún silbido cuando la parroquia se pronuncia. El Atlético, que quiere fichar un delantero (Cavani, Alcácer), necesita aligerar la masa salarial. Y Lemar, al que pretenden el Arsenal y el Lyon , parece el elegido.