Averiado su Toyota tras el infortunio que le supuso colisionar con una roca, Fernando Alonso se puso manos a la obra para poner solución a un entuerto que le ha costado la práctica totalidad de sus opciones de aspirar a cosas importantes en este rally Dakar.
Al alimón con su compañero Marc Coma , el español, bridas en la boca y cinta adhesiva incluidas, trató de poner en marcha su coche tirando de repertorio mecánico. No tuvo gran fortuna tampoco esperando las asistencias técnicas, más de dos horas tirado en medio de la arena, espectador irremediable de cómo las inclemencias de la carrera más dura del mundo se llevaban por delante sus aspiraciones.
«Tuvimos un percance en la rueda delantera y perdimos unas cuantas horas. Poca vibilidad, mucho polvo... Bueno, viviendo la experiencia al cien por cien », se le escucha al asturiano en un vídeo que circula por las redes sociales.
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