Automovilismo

Extreme E, el Mundial eléctrico, sostenible y mixto

El campeonato celebra su primer año en paisajes únicos como Senegal o Groenlandia para dejar un legado sobre el cambio climático, la salud del mar o un mundo sin gases

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Hay un campeonato en el mundo del motor que no se ciñe a los tiempos por vuelta o por sectores, que no emplea a cientos de ingenieros en busca de unas décimas de mejora y que no vive de la gasolina o las válvulas. Por el contrario, es el reverso de cualquier competición de motor. Comparte protagonismo de género, tan importante la conducción de los hombres como las mujeres, se mueve con todoterrenos eléctricos en parajes inhóspitos, de esos a los que rara vez se elige en unas vacaciones, no establece diferencias por la capacidad económica de los equipos ya que todos los vehículos son iguales, y propugna una visión sostenible hacia el planeta. El Extreme E propone un legado en cada hemisferio al que acude, el cambio climático, el desplazamiento de los glaciares, la basura de los plásticos en los mares, la emisión tóxica de gases, la deforestación de las selvas... Un Mundial que no se mueve en avión sino en barco, el St Helena, convertido en un ‘paddock’ flotante e itinerante por todos los continentes.

El Extreme E ha empezado a andar en tres territorios de aspecto salvaje. El desierto Al Ula en Arabia Saudí, el Lago Rosa junto al Océano Atlántico en Senegal y el glaciar de Kangerlussuaq junto al Círculo Polar Ártico. En el desierto árabe la organización ha colaborado con la Fundación Ba’a, enfocada a la preservación de especies en peligro de extinción y hábitats naturales, en especial la conservación de tortugas verdes en el Mar Rojo. En el Lago Rosa se asocia con la ONG Oceanium para plantar un millón de manglares en Senegal y apoya un laboratorio viviente que aborda las necesidades primarias de la comunidad del lago. Y en el glaciar trabaja con Unicef para concienciar a los jóvenes del cambio en Groenlandia a través de la educación climática.

«Groenlandia se ha convertido ya en un símbolo, un clásico, es nuestro Mónaco transportado de la Fórmula 1 –explica el empresario español Alejandro Agag, CEO del Extreme E–. Simboliza lo que sucede en planeta, el cambio climático, los polos en proceso de derretimiento... Usamos la plataforma del motor para llegar a todos los lugares».

El mundial ha llegado este fin de semana a Cerdeña, la isla del Mediterráneo que sustituye a los ambiciosos planes iniciales que consistían en acudir a la selva en el corazón del Amazonas y a la Tierra de Fuego en Patagonia. En Cerdeña se alerta sobre el peligro de contaminación en los mares y el riesgo de los incendios que asolan el sur de Europa. «El campeonato se llama Extreme porque es el más extremo del motor y supone un desafío para los pilotos y los coches transitar por dunas y rocas», cuenta Agag.

En el Extreme eléctrico participan nueve equipos en formación mixta. Un hombre y una mujer conducen en las mismas pistas. El Acciona tiene a Carlos Sainz padre y a Laia Sanz como tripulantes, el piloto español también directivo y accionista de la escuadra. Estrellas de la Fórmula 1 como Lewis Hamilton y Nico Rosberg han entrado en el Extreme E con sus formaciones. En la escuadra de Hamilton (denominada X44) conducen la española Cristina Gutiérrez y el multicampeón de rallys Sebastian Loeb. Todos los equipos llevan el mismo SUV, un Odyssey 21 E-SUV estándar que desarrolla una potencia de 440 kw, equivalente a 550 caballos.

« Las carreras no dejan rastro en el lugar, ese es nuestro lema –comenta Agag–. Realizamos una limpieza exhaustiva de la estancia, hacemos la carga de los coches con hidrógeno y las baterías son reciclables para dar servicio a edificios o cualquier otro uso. Es un campeonato neutro».

Una caravana que se transporta en barco. El St. Helena es el centro de operaciones, el ‘paddock’ itinerante. En él viajan los coches, todo el material del certamen (neumáticos, carpas que hacen de boxes, podio, equipos de televisión, el sistema de energía de hidrógeno). Y 62 camarotes para desplazar a los trabajadores.

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