España se estrella contra Rusia

Después de la alegría de conseguir el billete para el preolímpico, España no ha tenido tiempo de descomprimirse. Y Rusia, actual campeona olímpica, llevó la euforia casi hasta las lágrimas porque de tan cerca que se veían también las semifinales, a punto se estuvo de quedar fuera. El correctivo fue de aúpa, 26-36 , incapaces de las jugadoras de llevar a buen término las ideas que en otros choques de este mismo Mundial de Japón habían sellado muy buenos resultados.

Contaba Rusia con un arma poderosa, además de una defensa muy solidaria y ruda: un seleccionador que conoce a la perfección el juego español, Ambros Martín .

La calidad del balonmano nacional no solo se refleja en la pista. Carlos Viver medía sus conocimientos, ambos labrados en los mismos pabellones, con los de Martín, que acumula también experiencia en banquillos extranjeros aunque siempre con un toque con raíces españolas adaptadas a las exigencias de cada país. Porque el balonmano español triunfa, con sus características, allí donde va.

Martín se empapó de ese estilo primero como jugador y después como técnico en clubes como el Portland San Antonio, el Naranco y el Itxako, que llevó hasta lo más alto de la Copa EHF. En su currículo también brilla una estadía de seis temporadas en el Gyro húngaro, en las que conquistó cuatro Champions y fue nombrado entrenador del año en 2015, 2016, 2017 y 2018 .

Desde 2016 compaginó su esfuerzo con el banquillo de la selección de Rumanía, a quien llevó a la cuarta posición en el pasado Europeo de Francia 2018. Y desde el pasado mes de agosto, el de Arrecife sustituyó en el banquillo de Rusia a todo un tótem del balonmano como Eugeny Trefilov, «jubilado» por motivos de salud. La empresa se plantea como un auténtico reto: revalidar el oro olímpico logrado en Río 2016.